COLLINS LOVE CAP. 46

« Older   Newer »
  Share  
la_unica_sra_d_sparrow
icon5  view post Posted on 17/11/2014, 18:34






Cap. 46

Barnabas

Para no contrariar a tan exigente adolescente, accedí punto a punto en lo que me pedía.
- Está bien…si tú quieres, así será. Sólo dame tiempo y conseguiré que esa dama venga aquí a cantar para todos.
- Por cierto- preguntó Victoria- ¿cómo va el asunto de Angel Bay?
Me quedé ligeramente mudo. Elizabeth me miró dubitativa, tratando de adivinar lo que iba a decir.
- Ese asunto…está casi resuelto. He hablado con algunos marineros y pescadores y están dispuestos a trabajar con nosotros. Les vamos a pagar un poco más.
El padre de David quería saber cómo se iba a hacer eso.
- ¿Acaso nos sacamos la lotería?
- No exactamente…digamos que hubo una pequeña…inversión. Bueno, en vista de que las cosas van viento en popa, Elizabeth, haz el favor de acompañar a tu bella hija a comprar ropa para su fiesta. Victoria y yo nos encargaremos del asunto.
David Collins pidió.
- ¿Puedo ir con ustedes?
- Por supuesto- se adelantó Victoria.
Yo no tuve corazón para decirle al chico que no.

Ya estando en la habitación de David, mientras él me mostraba sus dinosaurios que había coleccionado durante mucho tiempo y su colección de estampillas, Victoria me preguntaba.
- ¿Cómo consiguió solucionar el asunto de Angel Bay?
- ¿Tienes dudas, Victoria?
Ella guardó ligero silencio. David me seguía mostrando sus juguetes y yo trataba de esconder mi sorpresa frente a las formas extrañas que poseían. Nada que ver con los juguetes que me divertían cuando era un niño.
- No exactamente, pero sí me gustaría saber.
Me acerqué a ella y le dije:
- ¿Te convencería si te dijera que…tengo métodos de persuasión muy poco comunes y seguros?
Victoria me miró frente a frente con una leve sonrisa. Por primera vez, le tuve miedo a una humana. No sabía cómo iba a reaccionar.
- Barnabas…dime la verdad…no te burles de mí.
- De verdad no me burlo…oye, será mejor que me ayudes con los detalles de la fiesta de Carolyne. Para serte sincero, no tengo mucha idea de lo que tengo que hacer.
David pidió:
- ¿Puedo ayudarlos en algo?
- Por supuesto, David.- le respondí. – Tú puedes ayudarnos haciendo la lista de invitados. Tú conoces a la familia y amigos mucho mejor que nosotros.
- Y lo que no sepa se lo preguntaré a la tía Elizabeth.
- Por supuesto, David- le dije, acariciando su cabeza.
Por un instante nos dejó solos. Estar así, junto a ella, me hacía sentir casi como un adolescente…más desconcertado aún que Carolyne.

Victoria se divertía mirando mi confusión. Le agradaba demasiado ponerme en aprietos.
- Bien, entonces…veamos…¿qué es lo que le gustaría más a una jovencita como ella?
- Pues…música, colorido, buena bebida…chicos de su edad, claro, además de quienes están más cerca de los Collins.
- Ya veo…dime…¿tú podrías ayudarme con lo de Alice Cooper?
- No lo sé…pero se lo pediré a una amiga.
- Espero que ella pueda ayudarnos…
- De eso puedes estar seguro- me dijo con total tranquilidad.
Pasado un rato ya habíamos hecho el diseño de las invitaciones, teníamos la mitad de la lista y la música era casi un hecho.
- Falta solamente la comida.
Yo le dije:
- Esa parte la puedo resolver yo. Soy experto en comida de sociedad. Conozco una variedad perfecta de menús…se la voy a pasar al costo a la señora que se hace cargo de eso.
- ¿Puedo ayudar?- preguntó Victoria.
- Por supuesto- dije besando sus manos.- Esas manos son capaces de obrar verdaderas maravillas- continué seductoramente.
Aprovechando que David no estaba me le acerqué y traté de besarla. Ella se resistió ligeramente pero entonces decidí apartarme a tiempo. Un paso en falso podría echar todo a perder…
Victoria

Me cohibí un poco al sentir sus manos y sus labios sobre ellas. Primero sentí un poco de frío pero luego un calor extraño me recorrió. Como una ansiedad que no había percibido antes.
Me aparté porque no supe qué hacer de momento, y creo que él fue un poco más prudente que yo.
- Bueno, entonces…¿podrías ver lo de postre?
- Claro que sí. Ahora hay que preocuparnos por los adornos de las mesas.
Tras un momento de compartir esos menesteres, le pregunté.
- ¿A quién vas a invitar?
- Pues…no sé exactamente. Hay por ahí una lista que está generando David.
- Ah, claro pero…además de ella.
- Conozco poca gente en Collinwood, salvo algunos amigos de…de la familia.
- ¿Podría invitar a Jeffrey?
Entreabrió los labios. Creo que no le agradó mucho.
- Pues…no lo sé…lo que sucede es que esto es un poco más…familiar. Es decir, no creo que Elizabeth acepte que un desconocido venga a la casa.
Me puse un poco seria y luego asentí.
- Está bien. No importa. Ya será en otra ocasión.
Se intrigó y me preguntó.
- Dime, linda…¿dónde conociste a Jeffrey?
- Pues…no lo sé exactamente. Lo que sucede es que lo encontré cuando llegaba a Collinsport. Pero no lo sé…me parece que lo conozco de antes.
Eso lo hizo dudar.
Barnabas
Tenía que averiguar desde cuándo, en la vida anterior, Victoria había visto a ese hombre. Supongo que no se llamaba así. Debía haber tenido otro nombre. Y tenía que evitar a toda costa que intimaran. Ese hombre no me la iba a quitar.
Pero para no alarmarla le dije:
- Voy a mi habitación a revisar algunos detalles. Si me necesitas, sólo tienes que buscarme ahí.
- Gracias- dijo Victoria.
Sin embargo, antes de ir a mi habitación, iba a ir definitivamente primero al estudio.
Me encerré con cuidado y revisé aquel libro que permitía el acceso a la Escalera del Tiempo.
Si iba a adentrarme de nuevo en ese misterio, debía tener cuidado de que nadie más lo hiciera o estaba perdido.
Por eso me encerré tratando de evitar que alguien entrara en el estudio en aquel momento.
Estando ahí me adentré y pude darme cuenta que Victoria había conocido a otro hombre. Entonces decidí arriesgarme. Iba a hacer todo lo que estuviera de mi parte para quitar a ese tal Jeff del camino, aunque fuera lo último que hiciera.
Entonces, surgió la tentación. ¿Angelique? ¿Podría servirme para mis planes? Quizás, pero debía tener cuidado con ella. Siempre había sido una traidora y eso nunca iba a cambiar.

Victoria
Comencé a escuchar aquella hermosa canción. Gracias a ello pude pensar un poco. ¿Qué empezaba a sentir por Barnabas? ¿Por qué su persona me provocaba tanto temor y a la vez, ansiedad y deseo?
Elizabeth había sido muy condescendiente conmigo. Porque de buena gana me habría extralimitado. Si Barnabas seguía mirándome como lo hacía, pronto me sentiría dominado por sus ojos, por sus caricias…en mis sueños lo veía besándome amorosa y tiernamente y después, mi carne perdía peso sintiendo su abrazo, tan fuerte y tan intenso…

En esos pensamientos estaba cuando Barnabas entró despacio y acercando su mano me pidió bailar.
- El día de la fiesta voy a necesitar aprender a bailar, ¿cierto?
- Así es- sonreí. – Quizás puedo enseñarte, si quieres.
- Encantado- sonrió enigmáticamente.
Entonces, dejé que su otra mano tomara posesión de mi cintura y lo llevé cadenciosamente al ritmo de la música. Aunque él no se quedaba atrás. Su sonrisa me cautivaba y de vez en vez veía sus pies y hacía un leve giro para sorprenderme.
De pronto nos quedamos unidos estrechamente en cuerpo y en alma, y sentí de sus labios un beso dulce y delicado que se convirtió en un beso ardoroso y profundo…
 
Top
0 replies since 17/11/2014, 18:34   1 views
  Share