END OF TIMES CAP. 33

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la_unica_sra_d_sparrow
icon13  view post Posted on 17/11/2014, 18:23




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Cap. 33
Michelle de Roncalli estaba ahí, pendiente de la mirada tierna, inocente y adolorida de Laura Cellini.
- ¿Qué es lo que haces con Orlando?
- Mejor dicho…qué es lo que hace Orlando conmigo, querida. No tienes una idea…hemos hecho de todo…¿cierto, Darling?
Orlando sentía que el mundo desaparecía para él cuando la dulce mirada de Laura se posó en él y estaba a punto de llorar. Pero pensó en Dios y se contuvo.
Michelle le dio una bofetada.
- ¡No seas idiota! Tienes que responder…anda…date permiso de ser una mujer molesta…¿por qué no gritas y farfullas que odias verlo conmigo? ¿Lo ves, Orlando? Esta mujer es realmente una piedra…¿y a ésta era a la que tanto querías? ¿No ves que mueve un músculo, mientras le hago ver que has estado conmigo…que hemos desgastado energías al tenernos violenta y sensualmente…anda, estúpida…reclama…grita…enardécete, siente celos al ver que tengo a tu hombre a mi merced.
Orlando era quien sentía la rabia entorpecer su mente. No quería seguir escuchando a Michelle hablar.
- Para de una vez, Michelle…déjala tranquila.
Entonces Laura estalló, sólo que a su manera.
- Vamos, Orlando…ahora que ella ha callado…habla tú…¿no tienes nada que decir? ¿No hay algo que quieras contarle a todos algo? Pues si tú no hablas yo lo haré…
Orlando ya no tenía temor de lo que ella dijera. Le daba igual.
Michelle se sentó y contempló el cuadro.
- Vaya…la ardillita Cellini chilló al fin. Vamos…habla entonces, pequeña…¿qué es lo importante que Orlando ha hecho?
El joven sobrino de Devil insistía.
- Michelle…es mejor que te calles…no quiero que la mortifiques más.
- ¡Qué ternura! Se ve que todavía la quieres…no debería importarte…pero bueno…lo paso por alto por la forma en que me acabas de tratar…pero déjala…que hable…a ver si de una vez por todas dice algo. Habla…”angelito renegado”.
¡Qué ganas tenía Orlando de matar a Michelle…pero por el momento no podía hacer otra cosa.
Laura continuó.
- Hablaré solamente porque no pienso callar ahora que he tomado valor. Vamos, Orlando…dile a todos cómo ha sido que te acercaste al verdadero Dios y has demostrado fidelidad a él…acepta que has estado en las reuniones de los cristianos compartiendo los sacramentos…has orado con nosotros…dijiste que ya nada de lo que ellos hicieran tendría sentido…¿acaso ya lo olvidaste?- preguntaba llorando.
- Calla, Laura- pedía Orlando- no es necesario decir nada más.
- Claro que sí- dijo Laura- es necesario hablar acerca de cómo llegaste a nosotros…cómo nos cuidaste…cómo decidiste que todo esto tendría fin si permanecías al lado nuestro…Orlando…tú no eres el hombre que está con ella…no lo eres…simplemente no lo eres…no caigas en sus provocaciones…
Orlando insistía con el llanto a flor de piel.
- Laura…guarda silencio, ya…por favor…
Michelle intervino de nueva cuenta:
- Anda…déjala hablar…sigue hablando, chiquilla…yo también quiero saber qué tan patético se vería Orlando haciendo ese tipo de payasadas.
Laura gritó.
- ¡Calla! ¡No blasfemes, Michelle!
Ella se molestó.
- Tú ya me cansaste…pero como mi marido y Orlando tienen un trato voy a cumplirlo. Llévenla a las habitaciones superiores.
Orlando vio cómo se la llevaban.
- ¿Qué piensas hacer?
- Nada que no le agrade…primero ordenaré que la arreglen…que la dejen muy linda…para que la veas así por última vez…y luego…
- No te atrevas, Michelle…
- ¿Yo…atreverme a qué? SI no la tocaré siquiera…ella misma suplicará que se le toque como estamos acostumbrados. Tú mismo podrás disfrutarla como siempre quisiste…¿no sientes aún deseos de besarla…de perderte entre sus muslos…de ser el primero que la deguste? Aún puedes hacerlo…sólo que ahora será a nuestra manera…
Orlando quería volverse loco.
Michelle lo dejó un momento a solas.
- Piénsalo y medítalo…volveré en breve…no me extrañes mucho…-guiñó un ojo con ironía.
Pasado un rato, tras dormir un poco, escuchó afuera que la fiesta continuaba. Luego vio salir a Laura junto con otras chicas, vestida provocativamente.
- ¡No!- casi suplicaba con lágrimas en los ojos.- Todo podía pasar ahora…

Mientras tanto, en la iglesia de las catacumbas, algunos de los últimos renegados se reunieron para intentar defender su fe.
- Hermanos…sabemos que Pedro Romano ha caído en manos de los infieles…estamos a merced del mal pero aún no se ha librado la última batalla…la del valle de Armagedón…ahí se librará el último combate…nosotros quizás ya no veremos la pelea pero hay que hacer todo lo posible por luchar hasta el final. Después de orar, trataremos de dispersarnos.
Uno de ellos sacó de una caja varias dagas bendecidas.
- Estas dagas han sido bendecidas en la sangre del vicario de Cristo. Con ellas podremos acabar con nuestros enemigos. Queman la piel y calcinan…los reptilianos serán los primeros en caer…después matar a los de arriba podrá ser más fácil. Se los ruego…no tengan miedo que pronto terminará el poder del enemigo.
Y tras haber hecho oración, comenzaron a dispersarse, ocultándose en las coladeras y las cloacas.

Roncalli firmaba algunos documentos cuando recibió de alguien una carta muy urgente.
- Signore Roncalli…me han enviado esta carta de muy arriba.
- ¿Quién la envía?
- No lo sé exactamente…sólo sé que se trata de un tal Ave Fénix…dicen que el secretario particular del Dajahl.
- Es cierto…recuerdo que dijeron que cuando apareciera el Ave Fénix…era el momento de librar la última batalla. Debe ser sumamente importante…espera mis órdenes- dijo al que portaba la carta.
Comenzó a leerla y se llevó las manos a la cabeza.
- ¿Cómo? No puede ser…¿cómo es que pide esto el Dajahl? Ya sé…-pensó- seguramente es para tener a todos los Renegados en la plaza a fin de divertirnos…ahora entiendo…parece algo ilógico pero si lo analizamos bien tiene sentido. Ordenaré que los concentren a todos…sin embargo…esta decisión no me agrada del todo.
Roncalli mandó llamar a algunos de los hombres de confianza.
- Anda…ve concentrando a los renegados en diferentes casas. Se les dejará temporalmente en libertad cuando llegue la orden definitiva de Maitreya…
Todos obedecieron aunque estaban desconcertados.

Un rato después, tal decisión llegaría a oídos de Orlando.
Michelle ya estaba de vuelta con él, incitándolo a tener aún más acción en el lecho.
- Signora…-dijo el hombre.
- ¿Qué sucede? ¿No ves que estoy ocupada?- preguntó molesta.
- Es que…es necesario que escuche esto…es orden superior que dejen salir a los Renegados temporalmente para que los concentren en un sitio en particular…
Michelle estaba sumamente contrariada.
- ¿Quién ordenó eso?
- El Ave Fénix.
Entonces ella comprendió.
- Cierto…el Ave Fénix…es cierto…es momento de enfrentar a esta gente con el Dajahl. Bien…váyanlos concentrando…ya me encargaré yo de hacerles una visita de cortesía. Ah, por cierto…a la gatita Cellini la quiero aparte…cuando sea el momento la reuniré con el resto. Ahora…la quiero sólo para mí.
Pasado un rato Michelle se marchó dejando a Orlando dormido.
Él escuchó por lo bajo lo que decían.
- ¿Ave Fénix? Creo recordar haber escuchado eso antes pero…¿dónde?
 
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