END OF TIMES CAP. 32

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la_unica_sra_d_sparrow
icon13  view post Posted on 17/11/2014, 18:21




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Cap. 32
Cuando Roncalli llegó hasta ellos, lo miró con sorpresa y algo de extrañeza.
- Mira lo que acabo de encontrar…-comentó irónico- si alguien me hubiera dicho que vendrías, realmente no le hubiera creído. Has conseguido sorprenderme, Orlando Devil.
El muchacho lo vio con desprecio.
- ¿Qué le hiciste a mi tío?- le preguntó, mientras John dormía recostado en el suelo.
- Antes de responderte, dime tú…¿cómo fue que entraste aquí?
Orlando continuó.
- Aún creo que no les ha dado a tu gente instrucciones precisas de aniquilarme…y sigo sin entender por qué…pero por otro lado lo agradezco, puesto que por lo menos pude llegar a mi tío John…tu gente me permitió acceder, supongo que incluso fue con tu permiso. Ahora haz el favor de responderme de una vez…¿qué-le-hiciste a mi tío?- añadió con rabia.
Roncalli bajó la mirada con sonrisa burlona y luego la posó en Orlando.
- Creo que es más que evidente…tu tío fue capaz de traicionarme…y le estoy haciendo pagar lo que me hizo…¿no te parece algo proporcional?
- No- dijo Orlando- mi tío no es un animal para que lo tengas así, al borde de la locura. Y eso, seguramente, tiene que ver con algo que le hayas hecho a su esposa. ¿Dónde está ella?
- Siendo quizás devorada por los buitres, Orlando…se negaba a decirme lo que sabía sobre él…y yo la deseaba…y mucho, pero John se adelantó. Por eso…ya no interesaba nada…después de ser mía a la fuerza…siguieron otros…creo que lo pasaron bien…tras estar yo ahí…lo demás fue fácil. Dicen que casi pedía a gritos que la tocaran…
- ¡Eso no es verdad! Lo que tú hiciste fue una bestialidad…y vas a pagar por ello- dijo Orlando al borde del llanto.
- Bestialidad o no…tu tío tenía que pagar por lo que me había negado y por su traición- añadió.- Supe que había ayudado a la gente de la Orden del Onyx…y él bien sabía que eso era una traición literalmente. ¿Acaso tú no estabas enterado de ello?
Orlando movió la cabeza.
- No...nunca lo imaginé…eran asuntos muy secretos de mi tío…pero…es no justificaba este trato…tienes que dejar que se marche conmigo…he vuelto para ofrecerte algo que no rechazarías.
- El de los tratos a proponer soy yo- dijo Roncalli- así que no creo que tengas algo que me interese.
Orlando rió.
- Por favor…ya lo sé todo…tu mujer te cierra los tratos…no niegues que has querido desesperadamente unirme a las filas de tu depravación…apenas puedo creer que seas un hombre…así- dijo Orlando en tono de burla.
Roncalli guardó silencio un segundo y luego añadió.
- Yo apenas puedo creer también que…tengas tantos escrúpulos…tu y tu tío eran gente tan patética…y ahora…tengo la oportunidad de quitarlos del camino…ya no me sirven de nada…
Orlando continuó:
- ¿Puedo saber por qué?
Roncalli explicó.
- Ahora…ya no tienen nada que me atraiga…que me divierta…tú, enamorado de una tonta ragazza sin atractivo verdadero…tu tío, siendo esposo de una mujer buena…y perdió así todo lo que yo esperaba de él...¿crees acaso que dos tipos tan pusilánimes como ustedes me pueden servir de algo?
El sobrino de Devil replicó.
- El resto de tu gente es como tú…todos están dispuestos a hacer lo que tú quieras…se regalan o se venden por tus favores…especialmente por acostarse con tu mujer y tener poder…son iguales a ti…demasiado…¿no te enferma eso? ¿Tener siempre a la misma gente dispuesta a todas las bajezas de las que tú eres capaz? Eso es un tanto…aburrido…quizás nuestra vida pudiera ser más interesante…¿no lo crees?
Roncalli insistió.
- Explícate, Orlando…no sé a dónde quieres llegar…
Orlando Devil continuó.
- Sé perfectamente que yo siempre fui un atractivo para ti…y mi tío era un emblema…querías a alguien como él contigo…porque no era como el resto de tu gente…servil…rastrero…por eso lo querías…para presumirlo…para hacerle saber a todos que tenías por amigo a un hombre de verdad…sin embargo…ya no quieres arriesgarte…por eso ya no te servimos.
- ¿Por qué? ¿De qué hablas?- casi chilló Roncalli.
- A que…serías capaz de tenernos bien para ti…si no fuera porque…ya no tienes tiempo…lo presientes…
Roncalli le dio la espalda.
- Alucinas…yo no creo que tengas argumentos válidos para decir que realmente pienses que no tengo el tiempo a mi favor…
- No lo tienes…nadie de los tuyos ni siquiera el mismo Dajalh tiene tiempo…sus días están contados…lo sé…por eso no te tengo miedo, Roncalli…porque quien está más arriba a de ti también tiene miedo…y perderá la guerra…
- No te entiendo pero créeme…estoy seguro que estás hablando de más…-repuso Roncalli, atemorizado.
Orlando se mostraba muy seguro de sí mismo y lo enfrentó.
- Admítelo…sabes que tienes el tiempo en contra…por eso he venido a proponerte un trato para que puedas intentar levantarte. Te voy a dar esa oportunidad…te ofrezco lo que tengo con tal de que liberes a mi tío…que le devuelvas lo que él es, que le permitas irse lejos…donde nadie lo moleste. Y yo…me uniré a tu gente…podrás compartir conmigo lo que quieras…lo que desees.
Roncalli rió.
- ¿Crees que todavía te considero valioso para mí, Orlando? Todavía no aprendes que habemos quienes decidimos por el resto…y eso implica también en los placeres…tú disfrutaste…tú viviste…tuviste lo que quisiste y lo que pudiste tener…si no lo aprovechaste…tu tiempo sí que ya pasó…es mejor que lo aceptes así…no vas a mandar sobre mí…no me interesas como antes, Orlando…es por eso que no pienso aceptar tu propuesta…no serás tú quien me pida nada…pero…voy a hacer algo como lo que tú acabas de hacer…una propuesta…y estoy seguro que tú la aceptarás.
Orlando se tensó un poco. Sabía que todavía ese hombre lo tenía en sus manos.
- Habla de una vez, bestia.
Roncalli movía la cabeza.
- Bien…pues…mi trato es que…dejo a tu tío en paz a cambio de que me ayudes a acabar con la Orden del Onyx y con el resto de los Renegados…hay gente que aún queda con vida…y si realmente aprecias la vida de John Devil, accederás. Además, para Michelle todavía eres de interés…yo que tú no dejaba ir esta oportunidad.
Orlando se volvió a mirar el rostro de agotamiento y la debilidad de su tío. Sabía que si no accedía a lo que le pedían, su tío lo pasaría muy mal. Tenía que rescatarlo a toda costa, pero tampoco quería hacer lo que le estaban exigiendo. Tenía que pensar en algo.
- Está bien…acepto…dime qué es lo primero que tengo que hacer.
Roncalli sonreía por su aparente triunfo.
- Bueno…antes que todo, darás una reunión en tu casa y ahí habrá de todo…será como si de nuevo formaras parte de todo esto…y obviamente, Michelle ayudará…estará al pendiente de tu reunión, invitará a la gente que yo le ordene y tú las recibirás como si nada. Y además…deberá estar ahí ella: tu princesa renegada.
Orlando movió la cabeza.
- No…no puedes pedirme eso…exiges demasiado por la vida de mi tío.
- Y…¿no lo vale?
El sobrino de John respondió muy convencido:
- La vida de mi tío simplemente no tiene precio…no puedes medirla…y lo que tú propones son cosas totalmente sin valor…por hacer cosas como esas no voy a negociar la vida de mi tío…él mismo no estaría dispuesto a hacer esto.
- ¿Me estás diciendo que te estás echando para atrás?
- Ya te dije que aceptaba por la vida de mi tío a ayudarte, pero con la vida de mi futura esposa no juegues…su vida no está en el trato.
- Lo siento, Orlando pero…lo tomas o lo dejas…
El muchacho se sentía ligeramente acorralado. Pero tuvo confianza…algo tenía que suceder para evitar que él tuviera que entregarse a tal desatino.
- Voy a aceptar…pero créeme…sólo lo hago por mi tío…solamente por él…y no estoy negociando la vida de Laura Cellini…tú eres el que la está poniendo en riesgo…aún hay gente que no permitirá que algo malo le pase.
- No me interesan tus métodos, Orlando- dijo Roncalli- con que…de acuerdo. Con tu permiso…sigue disfrutando de la estancia. Mañana mandaré por ti.
Salió. Orlando se quedó a cuidar a su tío. Cuando éste despertó, estaba bañado en sudor. Tenía fiebre.
- Pobre tío John…espera…voy a llamar a alguien para que venga por ti.
Tocó el timbre. Tenían que venir a ayudarlo. Después de todo ya había aceptado las condiciones de Roncalli.
Tras haber tocado el timbre, escuchó la voz de Michelle.
- Orlando…me alegra que estés aquí…
- ¿Dónde estás, zorra?- preguntó desesperanzado.
- Cuida tu vocabulario…al menos ahí, no lo desperdicies en reclamos estúpidos…mejor aprovéchalo cuando estemos de nuevo en la cama…dime…¿qué es lo que quieres que se haga por ti?
- Toqué el timbre para ver si venía alguien…no pensé escuchar al demonio en persona.
- No seas tan dramático, Orlando…si tú muchas veces has disfrutado todo esto…no puedes hablar de esa forma…así que…será mejor que me digas de una vez lo que quieres.
Orlando notó que todo estaba ahora en las manos de Michelle.
- Bien…entonces…creo que todavía recordarás que pasaste momentos importantes con un magnate de los más renombrados…John Devil…mi tío.
- Sí…lo recuerdo…el pusilánime que me cambió por una sirvienta mojigata…y de paso, traicionó la causa de mi marido. Sí…¿puedo saber en dónde está ahora?- preguntó burlonamente.
- Tú debes saberlo…ya que estoy seguro que fuiste tú misma quien le ordenó a tu marido que lo encerraran aquí.
Michelle respondió.
- Sí…fui yo…quería verlo sufrir…por la muerte de esa…
- Libéralo…ya tu marido y yo nos hemos entendido.
- Está bien…lo liberaré.
- Y no sólo eso…tienes que ordenar que lo lleven a mi casa. Yo me encargo del resto.
La mujer de Roncalli respondió.
- Así se hará…ya mi marido me ha puesto al tanto de todo.
- Pero…tiene que ser ahora mismo…mi tío está muy grave…está delirando, tiene una fiebre muy alta y podría morir aquí mismo…ahora mismo.
Michelle contestó:
- Mandaré por él…

Pasaron varias horas antes de eso. Orlando trató de evitar que su tío sufriera aún más. Lo consolaba…le limpiaba las heridas…trató de evitar que se desangrara más…

Y no muy lejos de ahí, Laura Cellini, junto con algunos miembros de otras familias oraba incesantemente a Dios para que ayudara a Orlando y a su tío…para que pudieran salir con bien de ahí.
Laura oraba y lloraba al mismo tiempo.
- Señor…no puedo creer que esto esté pasando…cuida de Mariah…algo me dice que ella ya está contigo…y el tío de Orlando debe estar sufriendo mucho también…cuida de Orlando…ayúdalo para que pueda volver…y encontrarnos antes de que tenga que morir. Si tú has dispuesto que vuelva con bien, que así sea…pero si no…entonces…sólo déjame verlo de nuevo…aunque sea por última vez…
Y sostenía el rosario con fuerza y con fe para solicitar la ayuda que necesitaba…

Las horas pasaban apenas sin sentirse, hasta que por fin, algunos hombres llegaron hasta la celda donde se encontraba John Devil y se lo llevaron. Orlando salió de ahí junto con él.
En una especie de ambulancia llegaron juntos hasta un gran hospital, custodiado por soldados, entre miembros del Nuevo Orden como reptilianos. Orlando los miraba con asco y con repugnancia…no quería ni siquiera mirar hacia allí.
Avanzó junto con los que lo llevaban hacia la habitación. Ahí un soldado lo detuvo.
- No puede pasar…ya le avisaremos.
Orlando se fue a la sala de espera. No podía irse pero tampoco podía entrar con él…sólo era cuestión de esperar…

A la mañana siguiente, lo llamaron por fin.
- ¿Cómo está mi tío?- preguntó a uno de los médicos.
- Está bien…será trasladado a su casa. Por ahora no puede verlo. Pero nos encargaremos de llevarlo hasta su casa.
Orlando entrecerró los ojos. Tenía sumo miedo…
Mientras tanto, John estaba aún delicado. Había caminado por un valle lleno de luz…sus pasos lo habían llevado hasta un paraje totalmente iluminado y ahí vio la silueta de Mariah que le sonreía.
John derramaba varias lágrimas…trató de acercarse.
- Hermosa…hermosa mía…
- Johnny…-dijo ella tiernamente.
Le permitió abrazarla…sintió la dulzura de su cuerpo etéreo y ella luego se apartó.
- Linda…¿dónde estás? ¿Dónde vas?
- A nuestro hogar- dijo Mariah.- El hogar donde habitaremos todos…pero por ahora…sólo en alma.
Johnny movió la cabeza.
- ¿Por qué no me llevas contigo?
- No puedo por ahora…tienes que volver…todavía tienes algo que hacer…no puedes venir. John…tienes que anunciarles a todos que el tiempo se acerca…
Ella avanzó un poco lejos de él.
- No me dejes…no quiero perderte…
- No lo haces…pronto nos volveremos a ver, te lo aseguro…y ya nunca más nos separaremos…cuida de Orlando…
Mariah se perdió en la nada, mientras Johnny sentía que caía muy profundo…


Mientras tanto, ya la casa de Orlando se había convertido en un templo pagano. Las amantes de los magnates que compartían con Roncalli y con el resto de los clubes Bilderberg y Roschild estaban ahí para satisfacer a quienes las habían invitado.
Se bebía…se comía…se fornicaba incesantemente…todo aquel espacio estaba saturado de depravación…era el total desfile de la prevaricación y el desorden. Pero ninguno de ellos tenía ya noción de todo eso…sólo podían pensar en ellos…como máquinas al servicio de alguien más. Todos ellos llevaban sobre sí la marca de la Bestia: el chip con el número 666.
Orlando sabía que ya no eran dueños de sí mismos…que ya no podrían recuperarse, mientras otros habían sido engañados. ¿Cómo evitar todo eso? No podía, de momento…
Michelle se le acercó. Estaba dispuesta a todo.
- Estoy tan emocionada que apenas puedo creer que voy a disfrutar de ti como lo quise…sin ningún tipo de restricción…y sobre todo, que tú estés dispuesto a hacerlo.
Orlando guardaba silencio. Luego preguntó.
- ¿Cómo está mi tío?
- Pasó bien la noche…pero recuerda que su vida aún pende de un hilo…y tú eres quien dará la respuesta…
Su sobrino asentía con la cabeza.
- Lo sé…sé que esto no va a durar mucho…
- No seas tan pesimista…lo verás pero ahora…disfruta…desconecta el resto de tu mente…tu cuerpo es quien siente…quien vibra…quien es capaz de encontrar sincronía con el exterior…permítete eso…ser tú…tus propias sensaciones.
Orlando estaba desconectando la mente pero enviándola hacia Dios…hacia Laura. Entonces no quería decir nada más hasta que se le exigiera algo…no quería darles ideas innecesariamente.
Y aquella noche acometió a Michelle como antes…se perdió en el placer…en el gozo obsceno y depravado. Practicaron varios tipos de perversiones…fue objeto y sujeto de deseo y participó activamente en esa reunión con Michelle cumpliendo sus más absolutos caprichos.
Cuando la tormenta pasó, Orlando se sintió vacío…incómodo…sucio, incapaz de ver a Laura a los ojos de nueva cuenta.
Entonces, Michelle le dijo:
- Es la hora…tienes que hacerlo…
Orlando recordó a su tío, a Mariah…a Laura…y se decidió…

La mañana despertó a Laura tras haber orado y llorado durante ella. Todos permanecían unidos, tratando de no hacer ruido para no ser observados ni sentidos.
Desayunaron muy poco…lo que había para todos…deambulaban por el lugar como especie de fantasmas, aunque con un solo corazón y una sola alma.
Ella ya había sido notificada: su familia había muerto…había sido terrible y doloroso. Su único consuelo era el recuerdo de Orlando. Solamente él era lo único que le quedaba. Y lo cuidaría, en la medida de lo posible.
Pero a media mañana, los soldados irrumpieron en el lugar.
- Ordenes de llevarlos- dijo uno de ellos.
Laura tembló. Entrecerró los ojos. Enseguida los esposaron y los llevaron de ahí.
Cuando marchaba, pensaba que ese sería el final…que ya nunca más volvería a ver a Orlando.
Sin embargo, los separaron y a ella la apartaron del grupo, tras asesinar a varios de ellos a sangre fría.
Pero su sorpresa fue mayúscula cuando se detuvieron en la casa de éste. Orlando estaba ahí y la miraba con desgano…apenas pudiendo fijar sus ojos en ella. Laura lo observó con tristeza.
Michelle intervino.
- Aquí está…la quería ver…tenerla tan cerca…tengo muchos planes para ti, querida mía…

En tanto, John despertaba en la cama del hospital.
Ya había recordado…sí…aquella bestial reunión…luego…salir de ahí huyendo…las cruces…y el cuerpo de Mariah pendiendo de una de ellas…la bajó…se dio cuenta de todo lo que había sufrido…y Roncalli se lo llevó. Luego…Orlando…¿dónde estaba ahora?
Respiró hondamente…estaba muy triste…sin saber qué hacer…y se sentía sumamente débil. Se miró…su cuerpo tenía cables, canalizaciones…el suero y una transfusión sanguínea aún pendían de su ser…apenas si podía entreabrir los ojos para reconocer el lugar donde se encontraba. Sentía el cuerpo pesado, tanto como los párpados. Y las manos no tenían fuerza en sí.
Ya se sentía mejor…pero ahora se preguntaba dónde podía estar su sobrino. Seguramente algo malo había ocurrido…debía estar en sumo peligro.
- Mariah…sé que lo de anoche no fue un sueño…voy a cuidar de él…y pronto…todos estaremos juntos…ya lo verás…
 
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