Cap. 42
Barnabas
Estaba tan contento después de hablar con Victoria, que no reparé para nada en el peligro que se cernía sobre mí en relación con Angelique. Me había citado en dos días y yo estaba seguro de llevarle la delantera. No quería que me sorprendiera en otra trampa. Después de todo, no podría si no sabía qué era lo que yo tenía en mente. Eso esperaba.
Salí cubierto junto con Elizabeth para verificar el trabajo de los pescadores. Todo iba bien, excepto porque Elizabeth estaba extrañada de la facilidad con que habían regresado al trabajo aquellos hombres.
- ¿No te da gusto, Elizabeth? Todo va viento en popa.
- Sólo debo preguntarte…¿cómo los convenciste?
- Eso es lo de menos. Lo importante es que el trabajo no se detendrá. Pronto, los Collins recuperaremos el status que siempre debimos tener.
- Barnabas…entiéndeme. Debemos hablar de eso en privado.
Cuando volvimos a la mansión fue un poco difícil, porque entramos por una puerta lateral.
- Vamos a ver, Barnabas…¿qué hay detrás de todo esto?
- Labor de convencimiento, Lizzy- expliqué.
Pero ella estaba preocupada.
- Dime…¿has vuelto a ver a Angelique?
Tuve que decirle la verdad.
- No exactamente pero…la veré pronto. Necesito aclarar con ella algunos puntos. Quizás podamos llegar a alguna negociación.
- Debes tener mucho cuidado. Ella puede traicionarte…hacer algo en tu contra.
- No creo…además, ya no soy el mismo hombre tonto e inexperto que ella utilizó. Ahora tengo poderes sobrenaturales que voy a emplear en su contra.
- ¿Y si ella…intenta algo en tu contra que pudiera perjudicar a alguien de la familia?
Elizabeth tenía razón. Pero yo ya estaba preparado.
- No pienso permitirle negociar con ella respecto a nadie de la familia. No podría…no habría forma de hacerlo.
- Se ve que la conoces demasiado bien- le expliqué.
Después de un rato, bajé del despacho y no me agradó nada lo que encontré.
Victoria
Aquella tarde había estado esperando inútilmente a que volviera Barnabas. Pero seguramente estaba muy ocupado.
Mientras eso sucedía, Jeff llegó a la casa.
- Qué gusto que hayas venido.
- Lo hice por dos razones: una, para visitarte, y dos, porque realmente estoy preocupado por lo que sucede cerca de aquí.
- ¿A qué te refieres?
Jeff explicó.
- Pues…no solamente por lo que te comenté. Al parecer las cosas con los pescadores no son el único asunto raro en estos lares. Se ha perdido gente…o aparecen muertos cerca de aquí…con el cuello abierto…y sin una gota de sangre.
Lo que Jeff decía me asustó muchísimo.
- ¿Estás seguro?
- Totalmente. Es increíble lo que está sucediendo ahora.
Respiré hondamente. Conociendo la historia de Barnabas Collins, tenía que dar crédito a lo que escuchaba.
- Seguramente escuchaste hablar de leyendas…mitos…
- No, Vickie…es más que eso. Pero…realmente no he venido a asustarte.
Me di cuenta que cambiaría de tema.
- Me alegro que no quieras hablar al respecto. Cuéntame más sobre ti.
Jeff comenzó.
- Soy escritor…me llaman la atención los fenómenos paranormales. Y lo que ahora sucede, me impacta. Pero mucho más…la belleza que tengo frente a mí.
Yo traté de explicarle que quizás, en alguna otra vida, él y yo habíamos coincidido.
- ¿No sientes que ya has estado cerca de aquí en otro espacio temporal?
- ¿Pero tú crees en esas cosas, Vickie?
- Totalmente…toda mi vida ha transcurrido entre fenómenos inciertos y difíciles de explicar por la ciencia.
Jeff respiró un poco aliviado.
- Creí que era el único que estaba loco aquí. Hay momentos en que creo que ya viví aquí antes…y me parece que no es la primera vez que te veo a ti, Vickie.
- A mí me parece algo similar…Jeff…siento como si te conociera de mucho tiempo atrás.
Jeff me tomó ligeramente la mano.
En eso, Barnabas bajó y dirigió a Jeff una mirada que no me agradó para nada.
Barnabas
- ¿Interrumpo?- fue mi pregunta inmediata.
El hombre que estaba con Victoria se levantó. El verme creo que lo asustó demasiado.
Me acerqué y besé sin dilación su mano. Aquel joven me miró con algo de recelo.
- ¿Puedo saber quién es el joven?- pregunté.
Victoria me respondió.
- Se llama…
Pero él la interrumpió.
- Jeffrey Joiner…soy escritor.
Yo sonreí.
- Señor Joiner…bienvenido a Collinwood. Algo me dice que usted y yo nos vamos a llevar…muy bien…
