END OF TIMES CAP. 28

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la_unica_sra_d_sparrow
icon12  view post Posted on 13/10/2014, 03:40




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Cap. 28
Laura fue encerrada en una celda horrible. Saturada de dibujos obscenos…de rostros repletos de maldad, y otros, compungidos o mostrando rictus de dolor…tuvo que permanecer con los ojos cerrados. ¿Y si decidían matarla? Para Michelle de Roncalli iba a ser más divertido verla sufrir. Y quizás, la mejor forma de verla sufrir sería a través de Orlando.
Se postró en tierra, pudiendo apenas, en virtud de que había sido golpeada y torturada…afortunadamente para ella no se habían atrevido a ultrajarla…pero dudaba…iba a ser complicado aún…entonces comenzó a orar.
- ¡Señor! Dios mío…ten piedad de nosotros…ya no tenemos a nadie…estamos solos…quedamos muy pocos…sálvanos a todos…que quienes no creen en ti lo hagan…cuida de Orlando, de su tío John y de Mariah…ellos y yo estamos contigo…danos fuerza para soportar lo que venga…sólo tú puedes ayudarnos…presérvanos de la maldad…
Trató de guardar silencio. Las paredes eran delgadas y se escuchaban ruidos terribles…risas mezcladas con gritos de dolor…cualquiera que pasara mucho tiempo dentro habría enloquecido de desesperación…quizás eso era lo que Michelle tenía en mente.

Por fin, el día que todos temían…el día terrible en que ya nadie pudo comprar y vender si no tenía la marca…para algunos fue desesperante…las operaciones bancarias tradicionales se vieron extrañamente bloqueadas. Nadie sabía qué hacer…los bancos estaban a merced de los ataques de la gente. El internet era también mudo testigo de cómo todo estaba cayendo lentamente.
Entonces, la gente comenzó a confiar en que la marca era lo mejor…que ya no podía continuar con esa forma de vida…la única manera de sobrevivir era a través de la marca 666…y comenzaron a permitir que se les impusiera.
Roncalli y todos los miembros de los clubes masónicos estaban tranquilos, sabiendo que el número de los marcados aumentaba. Pero también aumentaba el número de los que se negaban. Sin embargo, la violencia aún no se desataba, a pesar de que muchos consideraban ya que el régimen era autoritario y opresor. Pero las cosas tan extraordinarias que sucedían…enfermos que sanaban, situaciones que mejoraban, hacían que mucha gente considerara que era correcto…quizás la marca era el precio que tenían que pagar por la mejoría en todos los aspectos de su vida, sin darse cuenta que era la consecuencia brutal de la dominación.
John y Orlando eran testigos de la forma en que mucha gente fue llevada a prisión, por no poder pagar hipotecas y no quere dejarse marcar.
Roncalli preguntó a John:
- Te veo un tanto…preocupado…noto que…no te agrada mucho lo que está sucediendo con la gente…dime…¿no estás de acuerdo?
- Lo que yo opine- comentó John- es algo que dudo que a ti te importe…-dijo abiertamente- lo que deberías haber preguntado es…qué tanto soy capaz de soportar esta situación. Si esta es una prueba de resistencia…te diré que soy capaz de ganarla, tan sólo para demostrarte de qué estoy hecho.
Roncalli miró a Claudio y asintió con un gesto irónico.
- Johnny Devil está muy agudo hoy en sus observaciones…dime, ¿hay alguien aquí que esté en tu contra…para lo que tú tuvieras que estar a la defensiva?
- Quizás no- dijo John- pero…sé que lo que me preguntas, va encaminado a eso…saber qué tanto me está molestado lo que sucede.
- Bien, entonces…contéstame- insistió Roncalli.
John miró a Orlando y luego a Claudio, diciendo:
- Sabes que siempre te he apreciado…sabes lo mucho que te quise como amigo…por eso he de decirte que…no me gusta nada…
Claudio se llevó las manos a la frente, mientras Roncalli reía abiertamente.
- Lo sabía…estaba seguro que no te gustaría esto…y créeme…mi pregunta no iba encaminada a molestarte…sino más bien…a demostrarle a Claudio lo sincero que puedes ser, Johnny Devil. En la prueba de esto último, ganaste…no así en la de suspicacia…en esa Claudio te lleva la delantera pero…puedo pasarlo por alto- ironizó Roncalli.
Orlando notaba que su tío estaba en problemas.

Claudio intervino.
- Dime, Johnny…¿cuándo piensas ahorcarte solo?
- La soga aún está larga, Claudio…cuando el nudo comience a ceñirse en mi cuello, te daré la oportunidad de verme apretármelo…aunque…quizás sea yo quien te acuchille antes de que mi cuerpo caiga…
- ¿Por qué lo dices?
- Porque…si tú pierdes la partida…eres demasiado cobarde para acabar con tu propia vida…
Claudio arqueó los labios y luego añadió.
- Pues…no hay necesidad de que lo haga…porque mi señor Roncalli sabe perfectamente de qué lado estoy…
- Por cierto, Johnny Devil…interrogamos…mejor dicho…”entrevistamos” a algunos miembros de la orden del Onyx y…nos dieron tu nombre…les confiscamos sus bienes y…apareció tu nombre en algunas cuentas mancomunadas. Y eso no es lo peor…estuviste ayudando a los Renegados…dime…¿consideras eso agradable para nosotros?
John decidió jugársela.
- Quizás…como te había dicho, la forma de detectar las debilidades del enemigo es arriesgando y entrando ahí…les hice creer que estaba con ellos…sin embargo, también encontré muchas fortalezas entre ellos…seguramente para que hablaran, tuviste que torturarlos mucho…porque ellos generalmente odian la traición…en cambio entre el resto de nosotros…-continuó- es moneda corriente…
Roncalli comentó:
- Tienes razón, Johnny…la traición es moneda corriente…en ocasiones estás arriba…y en otras abajo…tan fácil como mover el pulgar…como los Césares…dime, Claudio, ¿no sería entretenido determinar como un juego lo que les sucederá a los Renegados? Como en el antiguo circo…
John se dio cuenta que en lugar de ayudar…su comentario había azuzado la perversidad de Roncalli.
- Johnny…Orlando…sigan disfrutando de la estancia en esta villa-sugirió malévolamente Roncalli- ahora que todavía pueden…
Cuando se marcharon, Johnny bajó los ojos. Lo que más le dolía era que estaba perdiendo y había muchas vidas inocentes en riesgo.
- No lo conseguí, Orlando…ahora Roncalli me odia y lo peor es que hará cualquier cosa contraria a lo que yo le pida…o a lo que tú le pidas. No podría hablarle siquiera de Mariah, porque me mataría en el acto y se quedaría con ella…y tú tampoco puedes pedirle nada sobre Laura, porque es capaz de tomarla por mujer…
Orlando cerró los ojos.
- No tengo idea de qué hacer ahora, tío…
- No te preocupes…lo que tú debes hacer es buscar a Laura. Dices que no te ha contestado una sola de tus cartas.
- Así es…estoy seguro que Roncalli la tiene en algún lado.
John entreabrió los labios.
- No, Orlando…estoy seguro que hay alguien más que la tiene…esta noche habrá una fiesta de gala. Trata de buscar a Michelle pero ten cuidado…y cuando lo hayas hecho…síguela sin que se dé cuenta y averigua si va a algún lado…
- ¿Para qué?
- Estoy casi seguro de que es ella quien tiene a Laura…es un extraño presentimiento.
- Tío…tengo miedo…
- No te preocupes…el Dios del que ellas hablan nos sacará de ésta…al menos a ti y a ellas…porque yo sé que tú ya crees en todo lo que Laura te diga.
- ¿Y tú no crees en el Dios de Mariah?
- Creo porque ella cree…aún me cuesta mucho pensar en eso…pero ella cree y yo la amo…así que…sólo me queda amar también al Dios al que ella ama…en virtud del amor que Él mismo ha puesto en mi corazón para ella…por eso creo, porque dentro de mí llevo un fuego que me llena…que me hace sentir feliz…y eso sólo un Dios puede conseguirlo…


Horas más tarde, Roncalli invitaba a todos a su fiesta nocturna en su casa particular de las afueras de Roma.
Orlando decidió prepararse para ubicar el escondite de Michelle de Roncalli.
- Dios…si está Laura ahí…permíteme encontrarla con vida…ella no puede morir, no a manos de ellos…te lo suplico, cuídala…ella no tiene por qué sufrir todo esto…y también cuida a mi tío y a Mariah…por ella, haz que mi tío gane tiempo con ese hombre…



La reunión de gala de aquellos magnates había comenzado. John y Orlando trataban de dar su mejor cara. Sin embargo, bien sabían que sólo se trataba de una parodia mal planeada para poner por fin contra las cuerdas a John Devil.
Roncalli brindaba con algunos de sus mejores empresarios, cuando Michelle cruzó frente a ellos. Orlando se apartó de la reunión para seguirla.
Michelle bajó escaleras…caminó por un largo pasillo y fue hacia donde estaban las celdas hacinadas, donde varios Renegados esperaban el momento de su muerte.
Obviamente no podía pasar. Pero quizás el interés de Michelle era entrar a ese lugar para avivar su odio o cobrar alguna víctima. ¿Y si Laura estaba ahí? Tenía que averiguarlo. Sin embargo, no pudo permanecer mucho tiempo a la expectativa para no despertar sospechas.

Johnny Devil bebía bastante en uno de los salones. Roncalli llegó hasta él junto con Claudio al tiempo que comentaba
- Claudio…¿otra destrucción para la ciudad de la Siete Colinas?
- ¿Qué mejor forma de rehacerla, que así?- sugirió Claudio.
Johnny permaneció en silencio hasta que Roncalli habló.
- O…¿tú qué piensas, Johnny Devil? Tú…mi gran amigo…el que no sabe usar la traición como moneda corriente…dime…¿crees que Roma tiene que levantarse de sus cenizas con algún sacrificio que le devuelva la belleza?
John negó.
- Yo te aconsejaría que no…si lo haces, ni Roma ni el mundo entero te lo agradecerían jamás…sólo terminarías de tajo con lo poco de belleza que le queda a nuestra ciudad…¿eso es lo que quieres?
- Según veo…lo que quieres es llevarme la contraria, Johnny- sugirió Roncalli.
- Ya sabes que John siempre te lleva la contra, mi señor- dijo Claudio.
Roncalli se paseó alrededor de John.
- Ya supe que te entendiste con Michelle a mis espaldas…ella en sí misma no me importa…es una zorra…pero tú…te decías mi amigo…
John lo enfrentó.
- Michelle ha estado con todo el club Bielderberg, amigo mío…¿por qué iba a ser diferente conmigo?
- Pudiste habérmelo dicho…pero eso ya no importa…sólo quiero saber si eres capaz de declinar una orden mía de nueva cuenta…no cometas la insensatez de tu sobrino…quien pronto va a tener que pagar su error…
John ya no sabía cómo salir del problema.
- Respeta a Orlando…y a todo lo que tenga que ver con él…a mí, si ya no me tienes confianza…puedes moverme, cambiarme de lugar…decidir sobre mí. Excepto sobre lo único que he amado en la vida…Mariah…
Roncalli asintió.
- Mariah…aún ese asunto no ha quedado finiquitado…habría sido todo tan fácil desde un principio si hubieras aceptado dármela…eso era algo tuyo que como carísimo amigo mío, anhelaba de ti. Pero…me la negaste…la hiciste tu esposa…vaya forma de valorar mi amistad.
John ya no podía con tanta mentira. La partida estaba más que perdida. Sólo pensó en una salida honrosa.
- Según veo…todo lo que yo he hecho te parece mal…según tú, nada puedo hacer que no te desagrade…que Claudio te convenza entonces…quizás él pueda tener un poco del tacto que yo he tenido, de la diplomacia…es más…el buen gusto del que yo he hecho alarde todo este tiempo. Claudio…-dijo caminando cerca de él- ¿acaso ya olvidaste de dónde te sacó Roncalli? ¿Ya olvidaste el estercolero donde vivías? Él te hizo…le debes prácticamente la vida…
Claudio asintió.
- Por eso, señor…te propongo que renovemos la faz de Roma…los rituales y los sacrificios esperan por nosotros…
Roncalli miró a John y luego a Claudio.
- Johnny Devil…sigues siendo el hombre elegante y sofisticado que conozco…aunque algo sí ha cambiado en ti…pero tienes más clase que Claudio…sin embargo…tú podrías…morir bien con clase…y él no…él sigue siendo un pusilánime…por eso…dejemos que tú llegues al fondo de esto…a ti te dejo tu entereza y tu elegancia…y a Claudio…le voy a dar el espectáculo que quiere…

Devil arqueó los labios ligeramente. Lo que tanto se temía estaba por suceder…
 
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