END OF TIMES CAP. 27

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la_unica_sra_d_sparrow
icon13  view post Posted on 13/10/2014, 03:37




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Cap. 27

La noche siguiente, John volvió a su casa junto con Mariah.
En el trayecto casi no hablaron. John fue a su despacho, revisó un par de documentos…algunos de ellos, vinculados con compromisos de por vida con los Illuminati…su vida estaba demasiado comprometida con ellos…algunos de esos papeles lo comprometían demasiado…quería acabar con todo eso de una nueva vez. Estuvo buscando por uno de los contratos que había firmado con Roncalli, donde su firma iba a ser necesaria para determinar el comienzo del marcaje en el que aquellos que lo desearan, se les impondría la Marca de la Bestia; el biochip con el que se buscaba identificar a cada persona, para conformar la dominación completa.
Buscó por última vez ese documento; no lo encontró por ningún lado…entonces, comenzó a preocuparse. Escudriñó en espacios que generalmente, nunca revisaba…dio vueltas por la habitación un segundo tratando de averiguar en qué parte de los estantes podía estar. Así que por más que revisó, no pudo encontrarlo.
Entonces corrió escaleras arriba, buscando a Mariah en la habitación de ambos.
La encontró de espaldas a él llorando, mientras oraba.
Él se acercó despacio, temía siquiera rozar su cuerpo con las manos e interrumpir sus rezos. Pero se decidió…ahogando el llanto se acercó hasta ella y la tomó de los hombros y le susurró.
- Mariah…
Ella se volvió frente a él y se recostó en su pecho.
- John…¿qué pasa?
Devil la tomó de las manos y le preguntó.
- ¿Tú…guardaste el documento que me comprometía en el trato con Roncalli?
Mariah, con los ojos anegados en lágrimas, acarició su rostro y le dijo:
- Sí, John…yo lo tengo.
Devil respiró hondamente. John le dijo:
- ¿Dónde lo tienes?
Ella buscó en uno de los cajones. De dentro del último cajón, sacó una pequeña caja en la que se encontraban trozos de papel. Los tomó y se los entregó en la mano a John y le dijo de nuevo entre lágrimas.
- Yo lo rompí, John…no quiero que tengas problemas con ellos…al romperlo, ya no tienes ningún vínculo con ellos a través de eso…ya no hay evidencia de ese contrato…
John la estrechó con fuerza.
- Mariah…ese documento sólo era una parte…mi vida…es mi vida la que quedó en juego…tú sabes perfectamente qué tan comprometido he estado en este asunto…yo participé en sacrificios paganos y contrarios a tu fe…yo formé parte de esa élite oscura que se ha dedicado a poner contra las cuerdas a los Renegados.
Mariah movió la cabeza.
- Por favor…desde que nos casamos, desde que has dejado todo eso de lado, tú ya no perteneces a ellos…tú me perteneces a mí y a Dios…entiende…tú ya no tienes ninguna relación con esa gente.
John asintió.
- Por voluntad mía, no, hermosa. Pero…ellos no lo entienden. No perdonarán mi vida…tendré que pagar con ella.
Mariah se abrazó a él, diciendo:
- Si es así…si te voy a perder en algún momento, será sólo temporalmente. Porque yo siempre voy a estar esperando por ti para que nos volvamos a reunir.
John Devil comentó:
- Entonces…quiero aprovechar todo el tiempo disponible a tu lado…que cada uno de estos segundos sirva para demostrarte lo mucho que te amo y todo lo que significas para mí.
Entonces suavemente la despojó de las prendas y fue cubriendo su cuerpo de besos…ella suspiraba mientras sentía sus labios primero suavemente, y luego, alocadamente, buscando el calor de su lengua furtiva que anhelaba danzar con la de ella.
Descendía despacio por su cuello, aspirando su perfume de mujer, mientras sus manos acariciaban cada punto de su cuerpo a su alcance…su nariz rozó la de Mariah, combinando sus alientos…mezclando sus esencias…ella apenas podía sostenerse de su espalda al tiempo que John ubicaba su vientre y las cimas maternas para decorarlas con su aliento y sus gotas de colores…
La repegó frente a la ventana y le dijo:
- Antes esta luna oscura…te prometo que…esté donde esté…siempre voy a estar pensando en ti…y estaré esperando por el momento de volver a tenerte así…entre mis brazos…sintiéndote tan pura, al natural…entregada…perfecta…
Mariah besó su pecho suavemente y prometió:
- Aunque la luna y el sol caigan definitivamente…mi amor por ti…jamás morirá…
Por fin, John la llevó despacio hacia el lecho recostándola tiernamente, acariciando las palmas de sus manos, dejando que sus labios descendieran como mariposas por cada punto de su piel…su femineidad se entreabría despacio y él inundó aquel lugar de caricias y de besos tibios…Mariah la miraba gemir y llorar de placer, sintiendo que el mundo desaparecía en aquel momento.
Devil, entre las sábanas, se acomodó despacio entre sus pliegues femeninos…su virilidad se movía despacio…lentamente, tratando de incrementar el placer…aumentando el caudal de su femenino rincón…el lugar era perfecto, exacto, sin espacios…decidió irse adentrando, sintiendo que no podía más de gozo…un punto de su interior se estremeció demasiado, percibiendo que Mariah gemía sonoramente. John sonrió ante aquella delicada señal, moviéndose cada segundo con más fuerza, subiendo y descendiendo a profundidad, mirando el rostro de excesivo gozo…sus cuerpos chocaban cada vez con mayor rapidez…John se detenía de la cama para hacer más intenso el momento…
El cuerpo de Mariah cambió de posición, donde su espalda quedó bajo el cuerpo varonil de John, quien la socavaba despacio estrechándola y besando su piel suavemente…devorando su cuerpo cada momento con mayor deseo y amor…sentados en el lecho, encontraron también los movimientos justos para fundirse como extasiados sintiendo que aquel amor no debía encontrar el final…
La tomó en peso y la estrechaba por las caderas besándola tiernamente…poco a poco se fue acoplando dentro de ella, fundiéndose en mente, cuerpo, alma y corazón. Eran uno sólo…él, como nunca, se unía a ella, demostrando que él era para ella…que ella era sólo para él y que a partir de entonces, cualquier cosa que sucediera, sería para los dos el mismo premio o castigo.
La madrugada los encontró recostados…extenuados, estrechados…desnudos…con la tenue luz rojiza de la luna alumbrando sus cuerpos…

Mucha gente iba escondida hacia un lugar verdaderamente oscuro. Muchos de ellos iban ocultos…pero con una identificación, aunque no iban marcados.
¿Cuál era la verdadera situación entonces?
Se declaró un total estado de emergencia. La banca colapsó. Las monedas principales se desplomaron. La economía de los países tuvo que rendirse al nuevo régimen.
Quienes querían hacer operaciones bancarias, para no perder su status como personas morales tenía que utilizar su ADN para demostrar su verdadera identidad.
Todos aquellos que querían permanecer con posibilidades de no perder su hacienda o sus propiedades, decidió que era mejor dejarse implantar el biochip para garantizar su permanencia en el mercado mundial.
Sin embargo, con la implantación del biochip, venía la distorsión mental y la reprogramación MK Ultra, en la que quien recibía el biochip en su interior, ya fuera en la mano y en la frente, sentiría cómo su voluntad se ponía al servicio del Anticristo.
Pero los Renegados lo evitaron…muchos fueron asesinados y otros fueron llevados a sufrir en sacrificios satánicos.
Pedro Romano fue hecho preso y muchos cristianos fueron llevados con ellos muriendo en un ritual profano.
Los enemigos bebían la sangre de los muertos, como un trofeo.
Sólo algunos fueron llevados lejos. Entre ellos, iban algunas mujeres y jóvenes, atados con cadenas.
Una de las jóvenes caminó por el pasillo oscuro y al llegar a una puerta inmensa, fue obligada a entrar a través de ella.
Sólo la joven entró. Una mujer vestida sensualmente, sosteniendo una fiera hambrienta, sentada en un fino sillón, sonreía, mientras dos jóvenes, una mujer y un hombre la besaban y le ofrecían algo de comer.
Aquella mujer le ordenó.
- Muchacha…¿sabes quién soy?
La joven, que no era otra que Laura Cellini, miraba atónita, mientras esa mujer la revisaba con mucha atención. Se levantó, acercó a la fiera quien olió los vestidos ensangrentados de Laura y luego la apartó.
- ¿Recuerdas quién soy? Soy la mujer de Roncalli…Michelle…quien ha disfrutado enormemente a tu…novio…Orlando Devil…
Laura lloraba.
- ¿Qué quiere de mí?- preguntó ella.
- Nada…primero, conocerte bien…no sé qué fue exactamente lo que vio Orlando en ti pero…creo que tuvo que ser algo especial…porque…fea no eres- dijo Michelle, y acercándose, rozó ligeramente su rostro con una ansiedad impropia y obscena. Laura se apartó.
- Dime…¿no has aprendido de los golpes que te han dado? ¿Crees que todavía puedes aguantar más?¿Qué estás esperando? ¿Qué tu príncipe azul venga a rescatarte, o que alguien sienta compasión por ti?
Laura cerró los ojos. Apretó los labios y se mantuvo firme orando internamente.
Michelle se carcajeó intensamente y revolvió a su fiera, arqueando una mano.
- Bien, linda…tú ganas…voy a darte una oportunidad…te voy a mantener a resguardo…vas a permanecer oculta hasta que nosotros lo digamos pero…tienes que ser sumamente obediente…o a Orlando le pasarán muchas cosas…¿serás obediente?- preguntó.
Laura asintió apenas.
- Bien…como sé que no has llegado hasta aquí en vano…voy a admitir que no quieras estar del lado oscuro…por el momento…pero puedo garantizarte que si guardas silencio, a Orlando no le ocurrirá nada…por cierto…tengo una carta suya que quizás querrías leer pero…no te la voy a entregar…sólo puedo decirte que no podrás volver a escribirle otra…
Laura sintió la presión que la hizo caer desmayada. Un par de hombres se la llevaron lejos de ahí. Michelle dio orden de encerrarla. Ya le tendría preparada una sorpresa…
 
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