Cap. 40
BarnabasAquella noche tuve que salir a beber algo.
Cuando escapé por la parte trasera del jardín, encontré a Sarah que venía un poco ebria.
- Tío Barnabas…¿qué estás haciendo? ¿Vas a salir a esta hora?
Sonreí levemente.
- Quería respirar otra clase de aire.
- Supongo que en casa no se puede respirar…yo también necesitaba salir para…ponerme en onda.
Eso no lo entendí del todo.
- Quizás es que querías…divertirte, ¿cierto?- pregunté comprensivo.
Sarah me miró tan profundamente que atrajo mi mirada e inconscientemente, se fue hipnotizando. Casi se desmaya. El muchacho que estaba con ella iba a salir corriendo. Tuve que beber su sangre.
- No es nada personal pero…tú entiendes…-aseguré.
El muchacho apenas pudo moverse. Lo dejé casi seco.
Sarah estaba desmayada. La llevé arriba. La recosté en una cama.
Nadie me vio entrar.
Acaricié su mejilla.
- Hermanita…¿por qué apareciste justo ahora? Seguramente usaste la Escalera del Tiempo para venir aquí…pero no debiste…ni tú ni Victoria…ahora hay mucho peligro…Angelique está aquí y está dispuesta a terminar lo que empezó…
Sarah despertó con el sonido de mi voz. Pero no era la misma jovencita que acababa de conocer. Era mi verdadera hermana.
- Barnabas…por fin estamos de vuelta. Dices que Angelique está aquí…¿qué vamos a hacer?
- Voy a luchar por los Collins…nadie va a poder contra nosotros.
- Protege a Victoria, yo no necesito por ahora protección. Te lo aseguro.
Sonreí.
- No te preocupes tampoco. Voy a encargarme de cuidar a Victoria para que Angelique no le haga nada.
- Es que…no sólo corre peligro con Angelique…hay alguien más.
- ¿Quién?- le pregunté.
Pero entonces no pudo contestarme. Reaccionó. Cuando despertó, le hablé pero ella ya no recordaba nada.
- ¿Qué me pasó?
- Nada, pequeña…sólo te desmayaste.
- ¿Y Danny?- preguntó por el jovencito.
- No lo sé- respondí- creo que ya se fue…
Sarah asintió.
- Quizás pensó que como ya estaba en casa, era mejor irse.
- Le dije que ya estaba bien aquí, que podía volver después.
Sarah sonrió de nuevo.
- Entonces…será mejor que me vaya a dormir. Hasta mañana, tío Barnabas…
- Hasta mañana, Sarah.
Bajé. Victoria estaba en la sala.
- ¿No podías dormir de nuevo?
- No- dijo Victoria- es que…tengo sueños recurrentes. Sobre una vieja amiga que siempre había estado conmigo y ahora no he vuelto a verla.
Quizás se trataba de Sarah.
- ¿Vieja amiga?
- No me hagas caso…quizás se trata de algún fantasma de mi niñez que me persigue.
Moví la cabeza negativamente.
- No digas eso…quizás es que esta casa está repleta de tantos recuerdos…al menos eso me dijo Elizabeth.
- Ya veo. ¿Quieres leer algo?
- Si no te molesta…
Nos sentamos juntos un rato y leímos un poco más de Baudelaire, ahora. Ella comenzó a quedarse dormida. Y justo cuando estaba por cerrar los ojos, intenté besarla, pero Carolyne llegó.
Tuve que recostar rápidamente a Victoria en el sillón, para no despertar sospechas.
- Buenas noches, Carolyne.
- ¿Qué haces con Lady Carpenter aquí?
- ¿Carpenter?
- Sí…creo que le gustan The Carpenters o algo así.
- ¿Los que hacen cosas de madera?
- No seas tonto…
Me sentí como un idiota. Pero Carolyne tuvo compasión de mí.
- Tranquilo…vas por buen camino.
Mientras iba a acompañar a recostar a Victoria, Carolyne insistió con su música.
