COLLINS LOVE CAP. 38

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la_unica_sra_d_sparrow
view post Posted on 28/6/2014, 01:42




Cap. 38

Victoria
Cuando vi salir a Elizabeth de la habitación, me sentí un poco preocupada.
Pero luego vi salir también a Barnabas. Reparó en mí y me sonrió.
- Victoria…
- Perdón por el mal rato que te hice pasar con la señora.
- No, no digas eso. No hay ningún mal rato que lamentar. Elizabeth sólo me dijo cosas referentes al negocio familiar.
- Ah, ya veo. Me alegro. Así no voy a sentirme mal.
Barnabas se acercó para mirarme bien pero de pronto noté que sus ojos se veían cansados.
- No debes sentirte mal, hermosa…yo jamás lo permitiría…
Trató de tocarme con sus manos pero yo me aparté dándole la espalda.
- Me parece que estás…un poco agotado…
Barnabas se comportó como todo un caballero. Tomó mi mano y la besó levemente.
- Dígnate disculparme, Victoria…es verdad, te diste cuenta que estoy un poco cansado…quizás el viaje…pero te agradezco.
- No digas eso…es que, deberías dormir un rato.
Cerca de mis labios sonrió para mí e inclinó la cabeza ceremoniosamente.
- Hermosa…hasta después. Con tu permiso, voy a dormir un rato.
Se despidió de mí. Yo le sonreí también y lo miré subir a su habitación.
El resto de la tarde me dediqué a cuidar a David, quien estaba ya emocionado con la persona de Barnabas Collins III.

Barnabas
Tras dejar a Victoria en la escalera me sentí más tranquilo. No podía decirle de qué había hablado con Elizabeth. Iba a cuidarla y conquistarla, de serme posible.
Sabía que probablemente era un imposible, pero no tenía ya nada que perder. Al menos, eso creía entonces.
Me fui a dormir. Pero, sin mi ataúd, iba a ser difícil conciliar el sueño convenientemente.
Aquella mullida cama que me habían dispuesto, era bastante incómoda para mí.
Aún así, entrecerré los ojos y el dolor quedó mermado en función de los recuerdos que en mi mente quedaban del mejor tiempo en la casa Collins.
Parece que mi cuerpo cedió al sueño, por ser de día.
Sin embargo, tras aquel sopor que me proporcionó calma, de pronto mi corazón se sintió ligeramente oprimido, como si algo pesara sobre mi cuerpo y me impidiera respirar.
Primero, la imagen de Josette me devolvía temporalmente la felicidad. Pero luego, miraba cómo Josette volvía a lanzarse del monte Widows…yo trataba de alcanzar y caía…como aquella vez y me desperté rápidamente.
Luego, escuché ruido abajo. Decidí bajar las escaleras para saber de qué se trataba.
Primero, pensé que se trataba de los chicos: Carolyne, Sarah…pero no…
Cuando descendí encontré frente a mí a alguien a quien no esperaba ver.

Elizabeth decía:
- Angelique…¿puedo saber qué haces aquí?
Esa mujer comenzó a hablar.
- Elizabeth…¡qué gusto verte! Lamento interrumpirte querida pero…escuché que había alguien en tu casa…¿algún familiar lejano, acaso?
Elizabeth se molestaba.
- Eso no tiene por qué importarte, ¿o sí?
- Claro que sí, soy alguien importante en Collinwood, linda. Sabes perfectamente el status que tengo en las empresas Angel Bay. ¿Podrías presentármelo, querida?
Al descender dije:
- Perdón, Elizabeth…no podía dormir del todo pero…
Aquella mujer me miró enseguida…sí, no podía ser otra…
Angelique sonrió ligeramente.
Elizabeth creyó que estábamos coqueteando mutuamente entre nosotros y por un momento pensó que yo cedía ante sus encantos, puesto que le pedí:
- Elizabeth…¿podríamos charlar ella y yo…a solas un momento en tu estudio?
La ahora noble matrona de los Collins fue prudente y nos dio el espacio.

Y justo ahí, frente a mí, en el estudio, estaba Angelique Bouchard.
- Barnabas Collins…¡cuánto tiempo de no vernos!
Yo la miré con seriedad y algo de desprecio.
- Angelique…no puede ser mucho puesto que pareces igual a entonces pero…es evidente que alguna mala arte usaste para conservarte joven, como la que usaste para convertirme en un maldito vampiro…
- No podrás quejarte…sigues con vida.
Me exalté y le repliqué.
- ¿Cómo puedes decir semejante cosa, cuando me mantuviste encerrado en un féretro, durante doscientes años, sin poder probar sangre, mientras tú te encargabas de despojar a mi familia de lo suyo?
- No fueron doscientos, réstale sólo tres.
La miré de nuevo con desaprobación.
- Eres imposible…no es posible que seas tan cínica, tras haberme arrebatado a la mujer que amaba y convertirme en un muerto sin sueños y sin esperanzas.
- Vaya…creo que no has olvidado esa forma tan sutil y elegante de hablar…en estos tiempos se considera una cursilería pero…voy a pasarlo por alto porque…tú y yo todavía tenemos asuntos pendientes.
Insistí con mi desprecio.
- ¿Qué asuntos podría haber pendientes entre nosotros?
- Todavía no saldas tu deuda de amor para conmigo, Barnabas…el estar aquí en este sitio me recuerda aquellos momentos tan intensos que vivimos juntos…este sofá…o incluso, sobre el piano.
Me llevé las manos a la cabeza. Tan sólo recordar la forma en que ella y yo nos habíamos tenido, sin pensar en las consecuencias, acrecentaba mi condena.
- Pero como dije…voy a darte una nueva oportunidad…
- Entonces…supongo que fue por eso que no me asesinaste…lo hubieras hecho…esto es peor que estar totalmente muerto.
- Puedes aún hacer algo por la causa. Sólo conviértete en mi aliado…y devolveré a tu familia lo que le pertenecía.
- Aliado…súcubo del maligno…¿tengo motivos para siquiera volver a pensar en tocarte?
Ella levantó con su mano las cortinas y la luz del sol comenzó a quemarme.
- Tienes la respuesta en tus manos, Barnabas- dijo con voz sensual pero vulgar.- Si accedes a que renovemos tiempos remotos, las cosas pueden ser diferentes…bienvenido a Collinwood…Barnabas Collins.

No podía ser…tenía de nuevo la disyuntiva de mi enemiga…de mi peor enemiga…pero también tenía frente a mí a una gran tentación…mi mayor tentación…

Victoria
David jugaba con un dinosaurio mientras yo releía un libro. David entonces me preguntó.
- Vickie…¿sabes por qué el tío Barnabas es tan extraño?
- No lo es- le contesté- lo que pasa es que es inglés y viene de un lugar muy antiguo, donde las costumbres son muy distintas a las del resto de la gente de la ciudad.
- Ya veo…parece como si tuviera más de doscientos años encima…
Eso me preocupó. A decir verdad, David parecía tener razón. Y aún más porque, desde que Barnabas III llegó a la casa, la visión fantasmagórica de Josette había desaparecido. ¿Por qué razón?
Varias noches traté de buscarla…de hablar con ella pero no lo conseguí. Era como si ahora hubiera desaparecido.
- Y se ve que le caes muy bien- dijo David.
Eso me hizo sonreír.
- Tienes razón, David- señalé- y él a mí también…
- Te gusta, ¿cierto?
Negué rotundamente.
- No digas eso, David. Creo que es hasta mayor que yo…además…es un aristócrata…y yo, sólo soy una pobre institutriz.
- Eso no es verdad, Vickie. Tú eres una muchacha muy buena…te mereces ser feliz con quien tú quieras…además, se ve que el tío Barnabas es un buen hombre…
Yo sonreí un poco y revelé.
- Sí, David…Barnabas es un buen hombre…

Barnabas

Tras la salida de Angelique, Elizabeth y yo celebramos duro consejo en el estudio.
Elizabeth replicó.
- ¿Por qué no me habías dicho que se trataba de ella?
- Nunca imaginé que se presentaría tan pronto aquí…
La ahora matrona de los Collins me increpó:
- ¿Por qué fue capaz de hacer semejante cosa? Ahora entiendo…sus poderes malignos son los que han sido capaces de hacerla permanecer vigente…y obviamente…convertirte a ti en lo que eres ahora.
Coloqué mi cabeza sobre una mesa.
- Ahora me comprendes…
- Por supuesto…pero también la comprendo a ella.
Yo dudaba.
- ¿Puedo saber a qué te refieres?
- La comprendo por ser mujer…ella te amaba…
- Vaya una forma de demostrar amor, Lizzy- repliqué.
Elizabeth me explicó.
- Lo que sucede es que…ella te amaba más que a sí misma. Ella también se sacrificó. Quería vivir por siempre para tenerte aunque fuera después de muchos años…por eso no acabó contigo. Si no te hubiera amado, se habría deshecho de ti sin más.
- Ahora seguramente dirás que tengo que estarle agradecido.
Elizabeth negó.
- No he dicho eso…es sólo que no quisiste ver que te amaba.
- Ella no sabe amar, Lizzy…ella sólo quiere ganar…por eso ha tratado de quedarse con todo, para sentirse satisfecha. Y luego, sólo le falta…
- Tú…le faltas tú y seguramente estaría feliz de cambiarlo todo con tal de saber que la amas…eso es lo que esa mujer quiere de ti.
- Pues no lo tendrá, porque yo amo a Vickie…
La señora Collins me miró y suspiró hondamente.
- Lo sé…pero ahora sólo debes pensar en lo que quieres hacer…
- He vuelto para ayudar a mi familia…para devolverle su antiguo esplendor a los Collins y no descansaré hasta que haya conseguido eso, Lizzy.
- ¿Y ella?
- Tendrá que devolver lo que me quitó…aunque sólo sea una parte…
Elizabeth me miró dubitativa, mientras apagaba el gran órgano que yo, descuidadamente, oprimí sin fijarme que era eléctrico…una extraña fuerza que movía muchas cosas y que conseguía que la luz del día continuara a pesar de ser de noche…algo tan sorprendente como saber que yo estaba de vuelta pero que Angelique también volvía a ser mi pesadilla. Y yo comenzaba a pensar qué hacer para verme libre de ella…
 
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