END OF TIMES CAP. 26

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la_unica_sra_d_sparrow
icon13  view post Posted on 28/6/2014, 01:33




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Cap. 26

Orlando estuvo al pendiente de Mariah durante toda la reunión y aprovecharon para conversar sobre Laura.
- ¿Qué dice Laura al respecto de ti?- preguntó Mariah.
- Dice que me ama…como yo a ella- dijo Orlando, emocionado.
- Te creo…y ella sabrá corresponder a tu devoción…-sugirió Mariah.
- ¿A qué te refieres?- comentó Orlando.
- A que…ella pronto te aceptará como esposo…dime…- preguntó en voz baja.- ¿Te bautizarás?
Orlando apenas asintió con la cabeza. Había que ser discretos. Cualquiera de los presentes podía escuchar.

Al poco rato, John volvió con ellos. El rostro denotaba temor y preocupación.
Mariah le preguntó en voz baja.
- ¿Qué pasó?
John negó con la cabeza tratando de tranquilizarla.
Orlando le preguntó con la cabeza.
- ¿Nos vamos ya?
John asintió. Salieron rápidamente por la parte de atrás. Nadie los detuvo.
Viajaron durante un largo rato por la carretera. John no profería una sola palabra. Sólo tomaba las manos de Mariah. Orlando estuvo charlando acerca de los asuntos para los que Roncalli los había llamado.
- John…dicen que la cuestión del marcaje ya es un hecho…¿sabes dónde van a comenzar?
- No…todavía no pero…algo me dice que primero van a desencadenar “el rapto”.
Orlando se angustió.
- ¿A qué se refiere eso del “rapto”?
John sabía perfectamente de qué se trataba aquel truco. Pero no podía hablar delante de nadie más.
- Creo que es mejor que…hablemos a solas…
En cuanto llegaron, John solicitó que les trajeran una bebida.
Orlando apenas la probó. Luego preguntó.
- Ahora sí, tío…explícame…¿de qué se trata lo del rapto?
John Devil miró a Mariah y luego explicó:
- El rapto…será sólo una estrategia de los Illuminati. Pretenden hacer una extracción masiva de personas para atraer la atención de todos y que piensen que se trata del rapto que está descrito en la Biblia.
Mariah se puso en pie rápidamente y con el llanto en los ojos exclamó:
- ¡No! Eso no puede ser…Nuestro Señor volverá pero…nadie sabe cuándo…
Orlando asintió.
- Lo mismo dice Laura…el Mesías volverá pero nadie sabe cuándo…¿cómo pueden atreverse a hacer tal cosa?
- Es un plan bien trazado para engañar y hacer creer que los “elegidos” han sido llevados a otro lado…y al resto…los van a matar.
Mariah se desmayó. John pidió que le trajeran algo para reanimarla. Orlando se angustió en demasía.
- Entonces…¿qué pasará con Laura, con su familia?
John fue sincero.
- Quizás a Laura le perdonen la vida pero…a su familia no…
- ¿Y no podemos hacer nada?
John Devil asintió.
- Podemos adelantarnos a los illuminati. Tengo que ver a los hermanos de la orden del Onyx y a los caballeros de Malta, antes de que los primeros se atrevan a hacer algo en contra de los que se nieguen a aceptar sus decisiones. Quizás ellos puedan esconder a la gente que les digamos en lo que pensamos qué hacer. Pero tú y yo, Orlando, no podemos quedarnos al margen…sabes que Roncalli no nos perdonará que lo hagamos a un lado así como así.
- ¿Y qué sugieres?
- Fingir hasta el final…sólo hasta la exposición de arte. Quizás para entonces, ya hayamos podido asegurar la vida de Mariah y de Laura.
Orlando movió la cabeza afirmativamente. Tenían que hacer todo con cuidado para evitar que, un paso en falso, las pusiera a ellas en conflicto.
Cuando Orlando se marchó, Mariah estaba llorando.
John se le acercó un momento y acarició su cabellera, para luego tratar de contener el llanto.
- Por favor, hermosa…no te pongas así…me rompes el alma.
Ella se arrojó en sus brazos.
- John…esto no puede estar pasando…tengo mucho miedo…¿acaso pretenden acabar definitivamente con nosotros?
- Así parece, hermosa…- dijo John, abrazándola con intensidad.- Quieren acabar con todo lo que tenga que ver con lo divino…con lo justo, lo bueno…el tiempo se les está acabando.
- Pero no vamos a ceder, ¿verdad?
John recorrió su mirada.
- No se trata de si vamos o no a ceder…yo estoy dispuesto a luchar hasta el final para evitar que te hagan daño…pero no sé si podremos ganar la partida.
Ella acarició su rostro y le dijo tiernamente.
- Hay que tener fe en Dios…él es quien nos va a sacar de ésta, John.
- Tu fe…será mi fe- dijo John, besándola con dulzura.

Pasaron algunos días. En ellos, Mariah y John trataban de disfrutar al máximo los momentos que tenían para estar juntos y amarse intensamente. Querían que el amor que se tenían fuera el baluarte, la perla que les ayudara a vencer a los enemigos.
El número de muertos por HAARP y por los campos F.E.M.A. iba en aumento. Parecía que, a mayor número de víctimas, los planes del Nuevo Orden Mundial iban viento en popa.
Y por fin, el día aciago en que Pedro Romano tuvo que huir llegó.
Un estallido en el centro de Roma detonó la destrucción de la ciudad de las Siete Colinas…la gente comenzó a huir. ¿El lugar del estallido? La Plaza de San Pedro. Una bomba colocada estratégicamente hizo que más de la mitad de la gente de la plaza muriera, mientras otros tantos, sacerdotes, obispos y clérigos huían de la ciudad.
El Papa tuvo que ser escoltado por su gente de confianza para salir de ahí pero tuvo que esconderse. Sólo unos pocos sabían que él no estaba en Roma. Que ahora se encontraba en Castelgandolfo y que quizás pronto también tendría que pagar con su vida su huida repentina.
Orlando escribió una carta a Laura:
“ Bella mía…estoy preocupado por ti…quisiera ya tenerte entre mis brazos…saber que nunca más te vas a apartar de mi lado…que siempre estarás conmigo. Pero no quiero que eso pase, si voy a poner en riesgo tu vida. Te amo demasiado…y sería capaz de sacrificar mi propia vida con tal de que tú no sufrieras…que nadie de tu vida sufriera…
He pasado unos días hermosos al lado de mi tío John y de Mariah. Si los pudieras ver…están tan enamorados…destilan amor por todos lados y son un gran ejemplo de lucha en la adversidad. John ha tenido varias veces que comparecer ante Roncalli, pero se ha defendido con inteligencia y diplomacia. Sin embargo, creo que bien sabe que pronto sus cartas se voltearán y perderá la partida…sus días están contados. Pero ha decidido que no dejará de luchar, por mí, por ti, por él y por Mariah.
Hermosa…no sé si ya hayas escuchado hablar del rapto…no creas nada de lo que hagan…no te expongas…procura estar lejos de gente que sea capaz de sacarte a fuerza de tu casa. Están manipulando lo que Dios dice…no lo permitas…no dudes…no creas en todo lo que pase…yo te amo…que sólo eso te importe. Y pronto iré por ti. Pronto estaremos juntos y ya nunca más nadie nos hará daño…te ama, Orlando Devil…”

Pero aquella carta no fue respondida. Orlando envió otra más. Sin embargo, tal parecía que la casa Cellini guardaba absoluto silencio.

En la exposición de arte, en las afueras de Roma, sólo se hablaba del reciente acontecimiento.
Sin embargo, decían que Roma sólo había pasado por un mal momento…que Roma se iba a levantar de sus cenizas. Y para eso, comenzó a poner contra las cuerdas a las órdenes menores del Onyx y de la Orden de Malta entre otras.
John trató de acercarse a su gente para saber si podía solicitar ayuda. Sin embargo, ninguno de los miembros de la orden del Onyx quiso ayudarlo. Eso lo tenía visiblemente preocupado.
Michelle de Roncalli se le acercó durante una de las exposiciones y le dijo:
- Si tú quisieras…todo te sería más fácil.
- ¿A qué te refieres?
- John…un momento no es nada…permite que tu mujer se acueste con mi marido…y yo sabré agradecértelo.
John apretó los labios.
- ¿Qué te hace pensar que voy a acceder?
- A que…sé que eres un hombre inteligente.
- Inteligente, tú lo has dicho. Por eso no voy a aceptar- dijo John apartándose de ella.
Michelle se mordió los labios:
- Te pesará lo que estás haciendo…puedo dañarte hasta donde no imagines.
- Creo que será mejor que busques la manera de retener a Roncalli…me han llegado rumores de que piensa casarse con alguien más…y eso…no te va a beneficiar en nada…
Michelle se marchó.

Al poco rato, Claudio estaba cerca de él y le decía:
- John Devil…el diplomático, el carismático…el hombre de mundo…te veo apagado…ya no eres ni la sombra de lo que eras…
- En cambio tú- dijo John- sigues siendo la planta espinosa de siempre. ¿No te cansas de servirle de tapete a Roncalli?
- Cuida tus palabras…recuerda que Roncalli te tiene a prueba.
- Él ya sabe cómo soy…no dudes que sabe lo que pienso perfectamente. Pero tú…cuando caigas…tu caída será…dura y estrepitosa, amigo mío.
- La nuestra, John…casi te veo descender por una pendiente…-dijo Claudio.
John acertó a decir.
- Ahora sólo queda…decidir quién verá caer al otro…¿no lo crees?
Roncalli se dejaba manipular demasiado…quizás pronto la suerte de John Devil cambiaría de status…
 
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