SUEÑOS DORADOS Y ESMERALDAS, Cap. 13

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la_unica_sra_d_sparrow
icon12  view post Posted on 4/6/2014, 05:43





Cap. 13
Annie le dijo a Terry donde se encontraba Candy, pero le pidió.

- Por favor...cuando hables con ella, no le digas que yo te dije.
- Claro que no- dijo Terry- gracias, Annie.

Luego entrecerró los ojos.

Archie lo increpó.
-¿Y bien, Terry? ¿Qué piensas hacer?
- Tengo que pensar bien en lo que voy a hacer...un favor, Archie...¿hay algún lugar cercano donde pueda quedarme por un par de días?

Archie negó.

- No...pero no es necesario, puedes quedarte en la casa el tiempo que quieras.

Terry negó.

- No...no quiero molestar.

Annie insistió.

- No es molestia, Terry. De verdad.

Terry comentó.

- Les agradezco pero...no me gustaría encontrarme con Neil y con Elisa aquí.
- No te preocupes por ellos- respondió Archie- no se encuentran en América. Elisa le pidió a la tía abuela un viaje especial a Alemania, así que tanto Neil como ella estarán lejos un tiempo.
- Qué alivio- dijo Terry.-

Al poco rato el actor recorría el jardín.

"Candy...este lugar debe traerte muy gratos y a la vez tristes recuerdos de Anthony...¿cómo sería ese chico? Debió haber sido muy dulce para que Candy lo quisiera tanto...además, sólo una persona buena podría cultivar esta clase de rosas..."

Archie lo alcanzó.

- Es el rosal de Anthony- dijo su primo.
- ¿Podrías hablarme sobre él?- preguntó Terry.
- ¿Quieres saber sobre Anthony? ¿Qué es lo que quieres que te diga?
- Cuéntame cómo era su carácter, cómo se comportaba...quiero saber eso porque Candy lo quería mucho.

Archie asintió con una leve sonrisa.

- Te contaré sobre Anthony Brower...cuando hablo de él no encuentro palabras suficientes para describirlo.

Terry movió la cabeza.

Así fue como Archie le contó cómo era su primo. Qué le gustaba, cómo era su carácter: afable, tierno, honesto, sincero, cariñoso.

- Cuando conocimos a Candy, fue el primero que la vio pero no sabía cómo se llamaba...la quiso mucho, Terry...Candy era su gran amor y estoy seguro que habría sido la única mujer a la que él habría podido amar.

- ¿Tanto así?- preguntó Terry.
- Sí- repuso Archie.- ¿O tú la has podido olvidar?

"Tienes razón, Archie...no la puedo ni podré olvidar...ahora entiendo a Anthony..."

Luego miró las rosas blancas que parecían tener rostro de mujer.

Terry lloró.

"Dulce Candy...son tan hermosas como ella...perdóname, Anthony, por no haber hecho tan feliz a Candy como tú hubieras querido...pero te juro que en tu nombre y en el mío Candy será la mujer más feliz del mundo..."

- Gracias por traerme aquí, Archie. El año pasado que me trajiste me hablaste de estas rosas pero no me habías contado nada sobre Anthony...yo guardé siempre un recelo profundo por él, porque Candy no lo olvidaba de todo, pero ahora entiendo por qué...

- Anthony es inolvidable. Nosotros aún lo recordamos mucho...y dime, ¿ya pensaste en lo que vas a hacer?
- Por supuesto...

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Un par de días después de que Candy llegó al hogar de Pony, Jimmy y Tom llegaron para saludarla y para llevar algo de alimentos para los chicos nuevos.
Candy se levantó un poco más tranquila. Llegó a la mesa y Jimmy la saludó con mucha alegría:
- ¡Jefe Candy!- señaló el pequeño Cardwright.- ¡Qué gusto que estés de vuelta!
- Jimmy, estás enorme- dijo Candy.- A mí también me agrada tanto verte…son sólo vacaciones pero las disfrutaré al máximo, ya verás.
Tom también la recibió.
- Candy, traje huevos frescos, mira- señaló.
La señorita Pony iba a prepararlos. Entonces Candy se llevó la mano a la boca y se disculpó.
- Lo siento…ya vuelvo.
Jimmy preguntó a la hermana María.
- ¿Qué le ocurre a Candy, hermana?
- Es que…creo que no amaneció con mucho apetito, ¿cierto, señorita?
- Así es- señaló la señorita Pony- no se preocupen, en un rato estará de vuelta. Quizás es por el viaje…

En tanto Candy se detenía del árbol padre y trató de recuperar el aliento.
“ Nunca pensé que me sentiría tan mal…espero poder aguantar el tiempo que esté en el Hogar de Pony…”
Al poco rato, llegó el cartero.
- Señorita Pony…hermana María…
Las dos se acercaron con duda.
- Pero…si vino usted apenas hace unos días, señor Matthew.
- Es que…hay una carta para el hogar, dirigida a la señorita Pony.
Ésta la tomó y la abrió inmediatamente.
- Es una invitación- dijo la señorita Pony.- Parece que cerca del río hay en una finca, un evento para chicos del hogar y otros niños del pueblo.
- ¿Quién organiza?- preguntó Candy.
- No dice…sólo que tiene que ir todo el hogar, todos los chicos…
Candy sonrió.
- Vayan ustedes con ellos, hermana María, señorita Pony.
- Ven con nosotros, Candy- dijo Jimmy.
- No, Jimmy- repuso Candy- la verdad no me siento muy bien. He trabajado mucho y la verdad no tengo ánimos de salir.
- Anda, Candy…los chicos llevan mucho tiempo queriendo ir a verte.
Al poco rato llegó Annie.
- Candy…
Ambas se saludaron cordialmente.
- ¿Qué sucede, Annie?
- Archie me pidió que te recordara que fueras a la mansión. Las “Dulce Candy” está en flor…
“Las Dulce Candy…esas flores maravillosas sembradas por la mano de Anthony…necesito volver a respirar ese aroma…”
- Claro, Annie, iré contigo. Lo siento, señorita Pony, iré con Annie.
- Como quieras- dijo la señorita Pony con actitud un tanto misteriosa.
Así que todos se alistaron para marchar en la carreta del señor Cardwright y en la de Tom.
Al poco rato de salir, Annie y Candy llegaban a la casa en el auto de Archie.
- Aquí está- dijo Annie a Archie-
Archie le sonrió y le dijo:
- Mira, Candy…las rosas de Anthony están en flor.
- ¿Quién las ha cuidado con tanto esmero?
- Albert…y me encargó que las cuidara mucho…
- Lo sabía…-sonrió Candy, aspirando el aroma.
Ya estando ahí, conversó con los chicos y recordaron a Anthony un rato más. Pero Candy aúns seguía pensando en Terry y un desasosiego la desconcentraba.
- ¿Te ocurre algo, Candy?- interrogó Annie.
- No es nada- dijo aquella- sólo algo de cansancio. No me he sentido bien últimamente.
Annie le dijo:
- ¿Podemos hablar a solas, Candy?
- Sí.
Cuando estuvieron solas, Annie preguntó.
- Candy…hace tres meses que viste a Terry…dime algo…¿no será que estás…?
- ¿Estar qué, Annie?
- Pues…no sé…quizás estás…embarazada.
Candy se sonrojó. Annie miró profundamente a su amiga y sonriendo dijo.
- ¡Sí, es cierto! ¡Estás embarazada de Terry!- musitó tratando de que nadie más escuchara.
Los ojos de Candy se llenaron de lágrimas, mostrando una tonalidad verdosa.
- Sí, Annie…estoy embarazada de Terry…es algo…maravilloso- cerró los ojos- pero…no puedo decírselo…él está lejos y no voy a atarlo con esto.
- Pero…si él te ama…eso fue lo que dijo cuando volvió a la mansión cuando te marchaste. Si no se lo haces saber, jamás te lo perdonará…
Candy pensó seriamente en ello.

Una compañía de teatro divertía a los chicos del hogar con una obra adaptada a ellos.
La señorita Pony preguntó al dueño de la finca.
- ¿Me podría decir qué compañía es la que está aquí?
- La Stratford- dijo el hombre.- Me alquilaron la finca para la obra. Parece que los chicos están muy divertidos.
La hermana María repuso.
- Señorita Pony…¿qué no era la compañía Stratford donde Terry trabajaba?
- Es verdad…ahora que lo dice, hermana María…es cierto…dígame señor Louis…¿no está aquí Terry Grandchester?
- Sí- dijo el hombre- vino personalmente a alquilar la finca y se fue. Creo que dijo que iba a caminar por ahí.
La señorita Pony señaló:
- Entonces…quizás esté en la colina de Pony…tal vez vea a Candy.
- Será lo mejor, hermana María…

Candy volvió a la casa con Annie y Archie, quienes la dejaron cerca de la colina. No se alejaron mucho en lo que ella volvía.
De pronto, Candy escuchó de nuevo la armónica.
- ¡No puedo ser!- pensó- no puede ser que se trate de…
Corrió un poco hasta la casa y ahí vio a Terry que tocaba la armónica para ella.
Candy iba a abrazarlo cuando Terry la miró duramente.
- Terry…estás aquí.
El muchacho miró al cielo y luego dijo:
- Eres una estúpida, Candy…
Ella se turbó totalmente.
- ¿Por qué me hablas así?
- ¿Te diviertes haciéndote la mártir, señorita White? Ya estoy harto de que siempre te quieras sacrificar por mí.
- Tú me enseñaste a hacer eso…en el san Pablo me abandonaste, pensando que con tu sacrificio yo sería más feliz.
- Pero un muchacho imbécil, Candy- dijo él- ahora soy un hombre…y te amo…jamás te habría dejado ya por nadie. Y tú fuiste capaz de dejarme creyendo las estupideces de Victoria Brownwood.
- Terry…no seas tan cruel…yo sólo quería que tu padre estuviera bien…que tú recuperaras tu status…que tu carrera de actor no se arruinara.
- ¿Eso te dijo? Pues qué tonta has sido en creerlo…por eso te llamo estúpida, Candy…¿y dime, qué pensabas hacer? Te mande varias cartas al hospital y ninguna me respondiste- dijo con dureza.
- No quería que supieras de mí…no quería perturbarte.
Terry se molestó aún más.
- Pero…¿hasta cuándo vas a seguir haciendo tus sacrificios tontos por los demás? ¿Hasta cuándo te vas a dar cuenta de que eso sólo daña a los que te quieren? Ya me harté, Candy, de que pienses en sacrificarte tontamente pensando que así vas a resolver los problemas. Hubiera querido que cuando lo de Susana, hubieras peleado como una leona por mí…que me hubieras defendido…defendido nuestro amor…pero te fuiste, pensando que así todo iba a estar bien…y ahora, una estúpida mentira te hace darte la vuelta y dejarme solo…de nuevo…sin importarte lo que siento.
- Terry…
- Sólo he venido a decirte eso…será mejor que…dejemos todo como está. Tú quieres seguir haciendo el papel de víctima y yo no quiero seguirte insistiendo.
Archie intervino.
- Pero…¿hasta cuándo se van a seguir peleando?
Candy sollozaba y repuso:
- ¡Anda, actor imbécil! Sigue perdiendo tu tiempo con actrices frívolas, mientras se te escapa la vida de las manos. Quizás así seas más feliz. Cuando lo de Susana yo esperaba que hubieras sido más valiente y no me hubieras soltado esa noche…yo te amaba tanto y tú…-lloró.
Terry sintió el dolor de Candy. Luego añadió.
- No sigas, Candy.
- Ahora déjame terminar…si te vas a ir…vete de una vez y no vuelvas más. Pero una cosa sí te advierto. No vuelvas convertido en un aristócrata como tu padre, creyendo que tienes el mundo a tus pies. Adiós, Terry Grandchester.
Terry asintió.
- Si eso quieres…eso haré…creí que eras más valiente, Candy…-dijo dándose la vuelta.
Candy lloraba. Al ver que Terry descendía de la colina en dirección opuesta, gritó con todas sus fuerzas.

- ¡¡¡Terryyyyy!!!!

El actor se volvió para verla. El grito había llegado hasta el fondo de su alma como si muchas Candy hubieran mencionado su nombre. Cuando se dio cuenta, Candy estaba desmayada.

Se acercó rápidamente y la llamó.

- ¡Candy! ¡Candy! Mi amor...despierta.

La tomó en brazos y la llevó hasta la casa.

La señorita Pony y la hermana María volvieron un rato más tarde.

- ¿Qué le ocurre a Candy?- preguntó uno de ellos.
- Nada...es sólo que está cansada. Vayan a jugar que nosotros cuidaremos de ella.
- ¿Y ese señor?- dijo otro chico.- ¿Quién es?
- Es el novio de Candy- dijo Tom.- Tienen que portarse bien con él- sugirió.


En la habitación Terry estaba a su lado.

- Candy...perdóname por todo lo que te dije...sólo quería hacerte reaccionar...pero te amo con toda mi alma, no pienso dejarte nunca, pecosa...nunca...

Ella despertó y sonrió débilmente.

- Terry...-esbozó.

La señorita Pony le preguntó.

- ¿Cómo te sientes, Candy?
- Bien...un poco cansada pero bien...
- Señorita Pony- preguntó Terry- ¿qué le ocurre a Candy? ¿Está enferma?

La hermana María insistió a la enfermera.

- Candy...¿qué era lo que le tenías que decir a Terry?

Candy entreabrió los labios.

- Candy...¿qué tengo que saber?- preguntó Terry con ansiedad.

- Terry...-empezó- voy a...voy a tener...un hijo tuyo...

Terry sonrió entreabriendo sus grandes ojos y rió abiertamente. Luego tomó a Candy en sus brazos y la giró en el aire.

- ¡Voy a ser papá!- gritó con emoción de suerte que todos los chicos escucharon afuera.

Jimmy preguntó.

- ¿Qué dijo ese hombre?
- Que Candy va a tener un bebé- guiñó el ojo Tom.
- ¡Bravo! Jefe Candy va a ser mamá...-sonrió el chico Cardwright.

Adentro la señorita Pony le preguntó a Terry.

- Terry...¿qué era lo que le iba a decir a Candy?
- Claro- dijo sacando de su saco un anillo y colocándolo en el dedo de Candy.- ¿Quieres ser mi esposa?

Candy lloraba de emoción y aceptó abrazando a Terry con todo el corazón.

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Días después se iba a celebrar la boda de Terry y Candy. El señor Stratford concedió a Terry un permiso mientras se iba de luna de miel para volver después a Nueva York.

Candy fue arreglada por la hermana María y la señorita Pony. El vestido que Terry le compró, era realmente hermoso.

- Te ves como un ángel- dijo la hermana María.
- Gracias...-sonrió.- Estoy tan nerviosa...
- Tranquila- dijo la señorita Pony.- Todo saldrá bien, Candy. Tú eres una mujer valiente y a partir de ahora serás verdaderamente feliz.

Al poco rato Archie llegó corriendo con un ramo de Dulce Candy para ella.

- Candy- dijo con visible emoción.- te ves preciosa...
- No me hagas apenar- dijo Candy.
- Te traje este ramo de Dulce Candy. Estoy seguro que Anthony habría querido que las llevaras como ramo nupcial.

Candy lloró un momento y tomó el ramo aspirando el aroma de las flores.

La boda se celebraría en la casa Andrew.
Aquel día, una mujer arribó a la casa de la familia adoptiva de Candy. Archie dijo a Terry.
- Alguien te busca…
Terry salió hacia la entrada. Era Eleonor Baker.
- ¡Mamá!
Eleonor lo abrazó con fuerza.
- Terry…no podía dejar de estar el día de tu boda con Candy…sé muy feliz- dijo la actriz a su joven hijo.
Candy en el hogar se arreglaba cuando justo antes de salir, llegó un hombre buscando a la joven enfermera.
- ¡Señor Albert!- dijo uno de los chicos.
Al escuchar el nombre, Candy salió.
- Albert…has venido.
- Candy…te ves…hermosa…-susurró mientras la abrazaba, emocionado.- Yo seré quien te entregue a Terry…soy como tu padre.
- Por supuesto…te quiero mucho, Albert. Gracias por venir- dijo Candy, con ojos cristalizados.


Ahí esperaba ya Terry elegantemente vestido. Cuando vio a Candy sintió que su alma estallaba de felicidad.

"Candy...eres la novia más linda que he visto en mi vida..."

Cuando se acercó le dijo:

- Te ves hermosísima, Candy...nunca pensé que podría mirarte así en mi vida. Pero le doy gracias a Dios...-luego susurró a su oído- ahora no vayas a arrepentirte, por favor.
- Te juro que no lo haré, Terry- sonrió ilusionada.
- ¿Te digo algo más, Candy?
- ¿Qué cosa?
- Vestida de blanco te ves más pecosa...-guiñó el ojo.
- Mejor cállate que ya va a empezar la ceremonia.

La boda terminó y ahora Terry y Candy eran formalmente marido y mujer.

Al salir de la casa Terry tomó el auto de boda se llevó a Candy ante el asombro de todos.

- ¡Hey, esperen!
- Lo siento pero Candy y yo tenemos muchas cosas que hacer- dijo Terry acelerando.

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En el auto llegaron hasta el centro del pueblo. Ahí buscaron un hotel apacible y hermoso donde pasar la noche de bodas.

- ¿Estás cansada, Candy?- preguntó Terry.
- Un poco...pero me siento bien- sonrió.
- Vamos a comer...no quiero que ni tú ni el niño se malpasen.

Candy se sonrojó. Luego bajó la cabeza.

- ¿Qué te ocurre?
- Es que...pensé que...cuando me casara...iba a ser mi...primera vez.
- ¿Te arrepientes?

Candy sonrió.
- Claro que no...estar contigo ha sido lo más hermoso que he vivido hasta ahora.

Terry asintió.

- A mí me pasa igual...

Tras comer e ir a pasear un rato, volvieron al hotel.

Candy estrenó para esa noche un hermoso conjunto blanco, un poco corto. Terry la miró tiernamente.

- Estás encantadora...

La sostuvo por la cintura que comenzaba a desdibujarse y la besó apasionadamente. Ella ya no se resistió.

- Terry...llevo tanto tiempo deseando este momento...
- Yo también...esta noche será la primera de todas en la que te haré la mujer más feliz del mundo.

Y entre besos suaves la llevó al lecho, con mucho cuidado la despojaba de aquel hermoso conjunto mientras admiraba su cuerpo y consumía con caricias su piel blanca.

- ¡Cómo he soñado con tu piel, Candy! Desde el día que te hice mía no he podido dejar de pensar en ti...en tus besos...en tu amor...

Sus labios no sabían por qué parte de su cuerpo comenzar. Los labios pedían a gritos que los matara a besos...su cuello se ofrecía también impoluto deseoso de la dulce tortura de su boca...sus pechos, enardecidos, se erguían para inundar las pupilas de Terry, suplicantes por ser devorados tiernamente por sus cimas.

Caricias en vaivén la enamoraban al tiempo que ella gemía dulcemente.

La camisa de Terry desaparecía hábilmente mientras Candy consumía de besos su pecho saboreando las varoniles marcas de su musculatura.

Terry, entonces, recorrió el cuerpo de Candy de caricias suaves mientras sus labios se detenían sensualmente en cada punto de su piel...trató de ser cuidadoso para encenderla a fin de que disfrutara aquella noche más que nunca.

La piel de Candy se erizaba y humectaba deliciosamente, deseando enormemente a quien ahora era su esposo.

- Soy tuya, Terry...toda tuya...
- Te amo...señora Grandchester...- dijo Terry besándola aún más con delicadeza.

Bien pronto, su cuerpo se fue adentrando deliciosa y profundamente en ella. La cadencia de sus movimientos generaba en Candy un placer exquisito y perfecto.

Candy se sentía perdida entre sus brazos, acorralada entre las sábanas a quienes ellos habían perdido también total respeto...no importaba estar así, desnudos, al aire...eran esposos y estaban a solas...sólo existían ellos y todo el amor que tenían para darse...

Terry era una brasa que se esmeraba en quemar intensamente a Candy, quien parecía arder también en un fuego candente...el sudor daba brillantez a sus cuerpos y las lágrimas rodaban por sus ojos en una mezcla ardorosa.

- Te amo, Candy...-gemía Terry, besándola mientras se recuperaba del primer orgasmo de la rubia enfermera.
- Y yo a ti más- casi gritó.

Las horas parecían no pasar mientras Terry acometía a Candy por segunda vez, sintiendo que su ser se encendía tan sólo mirando esos ojos color esmeralda.

Candy susurraba el nombre de Terry mil veces mientras el placer la seguía embargando.

- Creo que hay mucho ruido- dijo ella.
- No, Candy- decía Terry moviéndose aún profundamente en ella- sigue nombrándome...deseo tanto escuchar mi nombre en tus labios de rosa...gime...grita...esos dulces sonidos son música para mí...

"Sí, Candy...no importa que medio mundo nos escuche...sólo a mí me llenas los oídos con el dulce sonido de tus gemidos de mujer...siéntete mujer conmigo porque soy tuyo...porque quiero ser el hombre que te ame intensamente..."

"Terry...Terry mío...te amo...soy tan dichosa sintiéndote dentro de mí, como el hijo que llevo en mis entrañas...ámame así, una y otra vez...que mi nombre se pierda entre tus brazos..."

Y las locuras de amor continuaron aquella dulce noche.

Frutas...vino...miel...una mezcla exquisita junto con el elíxir de la pasión, hicieron de esos momentos una noche febril y perfecta...el estallido de amor fue tan intenso que creían que las estrellas habían caído junto a ellos y se convertían en una más...

La esposa del actor reposó plácidamente aquella noche en brazos de Terry, quien por fin, podía descansar totalmente después de mucho tiempo de espera.
- Pasaremos la luna de miel en la villa de Escocia, ¿te agrada la idea?
- Sí, Terry…ese lugar es tan especial para mí…

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-"Dios mío...gracias por darle la felicidad a Candy...después de tanto pedírtelo por fin me escuchaste...Dios te bendiga, Terry, por amar a Candy de esa manera...ámala siempre, nunca la hagas más sufrir...gracias, Señor..."

- "Yo siempre escucho a los que me piden con amor...ya sea en el cielo o en la tierra..."

- "¿Puedo pedirte algo más?

- "¿Qué deseas, Anthony?"

- "Si no fuera mucho pedir...volver al lado de Candy, para cuidarla..."

- "Pero...¿cómo?"

- Tú eres grande…podrías encontrar la manera…
- - "Bien...veo que tu amor por ella es inmenso, Anthony...sea pues...vuelve a su lado por un tiempo...y quiérela mucho..."

- "Gracias..."

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