SUEÑOS DORADOS Y ESMERALDAS CAP. 7

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la_unica_sra_d_sparrow
view post Posted on 1/3/2013, 05:39




terrycandy2

Cap. 7

- Y…¿qué harás hoy? ¿Te irás hoy mismo?- preguntó con algo de nerviosismo.
Terry sintió que su corazón latía apresuradamente tan sólo pensando e imaginando en lo que aquel día tenía pensado hacer al lado de Candy.
- Pues…había pensado que…podíamos hacer algo que una vez me propusiste…claro, si tú quieres…
- ¿De qué hablas?
- De…hacer un picnic…¿te gustaría, Candy?
La rubia sintió una opresión en el pecho que la hacía dudar. Estaba triste, no cabía duda. Después de haberlo visto entre tanto reclamo y exabrupto, se iba de nuevo. Por lo menos, aprovecharía para despedirse de él como un gran amigo, si eso pudiera ser posible.

“No sé si pueda olvidarte”- pensó.” Pero si no lo consigo, por lo menos habré intentado llevarme un recuerdo tuyo de amistad que perdure…”



Sin embargo, la mirada furtiva de Terry hacía pensar en algo más. Y aunque trató de no imaginarlo, no podía negar que lo hubiera deseado enormemente.
- ¿Y en dónde será el picnic?
- No lo sé, antes que eso me gustaría que fuéramos al centro de Londres, a visitar algunos lugares que seguramente aún no conoces. Hay un parque muy hermoso en las afueras que es perfecto para un picnic.
Candy asintió con la cabeza, mientras Terry se sentía feliz de que su plan comenzara a dar resultado.

El carruaje en el que salieron de la mansión y llegar al centro de Londres era realmente hermoso. Pertenecía a la familia Grandchester.
“Terry…todo esto es tuyo…tu padre seguramente debe estar arrepentido de no haberte apreciado como debía…lo intuyo. No deberías usar de sus bienes tan sólo por interés…no cometas el mismo error de tu padre…”
Terry la miró pensativa.
- ¿En qué piensas, Candy?
- En que…Londres es muy hermoso…tenía tanto de no venir.
Al hijo del duque se le ocurrió algo.
- Dime…¿te gustaría que fuéramos a las afueras del Colegio San Pablo, por un momento?
Candy sintió que la tierra se le movía totalmente.
- ¿El San Pablo?
- Por supuesto…aunque no estemos estudiando, el jardín que lo rodea es muy hermoso…no puedes negarlo.
- Claro que no- comentó Candy.- Vamos entonces…pero primero hay que conocer el centro de Londres, ¿quieres?
Terry sonrió dulcemente.
- Hoy tú mandas, Candy.
La joven se dejaba llevar. Cada lugar recorrido era un motivo para redescubrir momentos y emociones. Era inevitablemente para ella permanecer inmutable ante la posibilidad de reencontrarse mejor que nunca con Terry Grandchester. Era una oportunidad de la vida que realmente no pensaba tener y quería aprovechar aunque fuera por un instante.
Pero Terry disfrutaba cada segundo.
“ Candy…es tan dulce que no pierdes tu capacidad de asombro…¡cuántas veces quise recorrer estos lugares contigo! Y ahora puedo hacerlo…pronto podré demostrarte cuánto te sigo amando!”

Recorriendo varios lugares: la torre y el puente de Londres, el palacio de Buckingham, algunos palacios muy antiguos, propiedad de antiguos reyes y reinas.
- Todos estos sitios son un sueño…-comentó.
Terry le dijo:
- Te voy a llevar a un lugar donde recordarás muchas cosas…
- ¿A dónde me llevas?
Unos minutos después ya estaban en el Hipódromo.
- Terry…¿qué hacemos aquí?
- Hoy hay una carrera especial. Se trata de un gran favorito: su nombre es Eleonor…-dijo Terry con picardía.
- ¿Eleonor?
- Sí…es una yegua- musitó Terry.- Corre como un demonio y es tan bella como una joya.
Los ojos de Candy centellearon.
“Terry…te ves tan excitante tan pendiente de los caballos…me gustas tanto así, pero lo que más me gusta es que cuando te ves así pareces el mismo chico rebelde que estudiaba en el San Pablo…no has cambiado tanto como creía…”

La carrera había comenzado.
Terry hizo una propuesta.
- Vamos a apostar algo, Candy. Como antes…
- ¿Qué piensas apostar? ¿Acaso que sea tu esclava o algo así?
- No…eso no- dijo Terry.- Pero…puedo hacer otro tipo de apuesta. Si Eleonor queda en primer lugar, dejarás que te bese en la boca…pero si Eleonor queda segundo, entonces te quedas con la yegua…¿estamos?
- ¡Oye! Eso no vale-observó Candy en tono de broma.- Si Eleonor queda en primero, tú tendrás todas las de ganar y si queda en segundo, igual pierdo porque me regalas una yegua perdedora.- hizo una mueca.
Terry entrecerró los ojos y luego añadió:
- ¿Sabías que cuando te haces la graciosa, se te notan más las pecas?- sonrió Terry para luego carcajearse de la forma en la que él solo sabía hacerlo.
Candy contuvo la emoción. Escuchar aquella risa sonora y sensual la derretía sin miramientos.
- Vuelve a reírte de mis pecas y te romperé la cara, Terry Grandchester.
- ¡Vaya modales para la hija de la familia más aristrocrática de América, y peores para una enfermera! – dijo Terry, socarronamente. – Dime, “señorita Pecas”…¿así tratas a tus pacientes? No me gustaría estar en su lugar…
- Por si no lo sabes, ahora soy Jefa de Enfermeras del Hospital St. Joseph. Y tengo a mi cargo a las enfermeras y soy yo las que les doy las órdenes.
- Ah, ya veo…entonces ahora te llamaré “Enfermera Pecas”- sonrió de nuevo.
Candy no hizo caso. La carrera empezó.
La joven estaba preocupada. Si la yegua ganaba, Terry le cobraría caro el triunfo. Y la yegua llegó en primer lugar.
Terry se acercó poderosamente a su cuerpo. La estrechó sin miramientos y le dijo suavemente:
- Al fin, Candy…estás a mi merced.
Pero ella temblaba un poco de temor y preocupación. Entrecerró los ojos y Terry dijo:
- Qué bueno que estás tan cerca para decirte que ganaste…la yegua quedó en segundo lugar.
- Pero…
- Desde aquí se ve que llegó en segundo…vamos por tu premio…
La tomó de la mano hasta la caballeriza y ahí le mostró a la “ganadora” de la carrera.
- ¿Recuerdas a Teodora, Candy?
Ella asintió con la cabeza.
- Pues Eleonor es hija de Teodora y Royal King…los dos mejores caballos de mi padre…-suspiró. – Al menos…ellos sí pudieron consumar su amor, ¿no crees?
Candy hizo una pausa.
- ¿Qué pasó con Royal King?
- Murió…-dijo con tristeza.- En la última carrera se dañó una de las patas traseras…y mi padre mandó sacrificarlo- añadió con enojo.
- ¿Y ella?
- Teodora fue vendida por mi padre a otra cuadra…
- ¿Por qué la vendió?
Terry hizo una mueca de desagrado.
- La vendió cuando mi reestreno de Hamlet en Broadway…dijo que me quitaría algo de lo que más me doliera…
- Lo siento…-dijo Candy con lagrimillas en los ojos.
Terry se le acercó de nuevo, esta vez con más dulzura. Secó las lágrimas y rozó su mejilla con la mano. Luego la apartó y se volvió ligeramente.
- Ven, vamos a avisar que manden a Eleonor a la mansión, mientras nosotros continuamos el picnic.
Candy lo siguió con tristeza. Terry llevaba dentro de sí amargos recuerdos de su familia. Por eso se le ocurrió una idea.
- Terry…¿te parece si antes de ir al bosque del Colegio vamos a Blue River?
El hijo del duque sonrió. Aquel lugar le traía recuerdos mucho más agradables.
Se dirigieron al Zoológico Blue River. En cuanto llegaron, Candy comenzó a recorrer con alegría cada rincón del mismo.
- ¿Te acuerdas de cuando vinimos a ver a Albert?
Terry sentía un pequeño celo escondido que no había quedado totalmente emplazado.
- Si sigues hablando de Albert, voy a ponerme realmente celoso- dijo burlón.
- En ese entonces…también te pusiste celoso…¿recuerdas?- aguijoneó Candy.
Aquella observación hizo sonreír a Terry y dijo:
- Aquí fue donde compartimos los dulces en aquella ocasión…y donde Tarzán Pecosa le dio algunos de regalo a las ardillas…-
- Terry- dijo ella sonriendo.
Caminaron largo rato por el zoológico, cuando repararon en los monos.
- Mira, Candy…hay nuevos amigos tuyos…
- Sigue haciéndote el gracioso, Terry y ya verás lo que te haré..
Terry la tomó por la cintura y la cuestionó:
- ¿Ah, sí? Y dígame, señorita “Pecas”…¿qué es lo que es capaz de hacerme?
Candy lo miró intensamente a los ojos. Esta vez comenzó a sentir que, de seguir así, no podría resistirse a lo que Terry le pidiera. El joven Grandchester se acercó peligrosamente a ella…sus labios casi rozan los de Candy…cuando ella lo propinó un pisotón bastante fuerte que lo hizo apartarse rápidamente.
- ¡Candy!- gritó él, apenas pudiendo contener el dolor.
Candy rió de momento. Pero luego se escondió detrás de un árbol. El nerviosismo continuaba. Sin embargo, sentía cada vez más cercano un momento especial que se cernía sobre ellos.
Llegando a aquella arboleda, Candy sintió ganas de trepar a los árboles como antes.
- Clean…¡cuánto te extraño! Desde que te quedaste en aquel bosque de América y decidiste elegir tu camino, ya nada fue igual. Pero desde aquí quisiera decirte…gracias por haberme hecho tan feliz, amiguito mío.
Terry la buscaba un poco inquieto. Ella subió a uno de los árboles, escondiéndose ligeramente de él.
- ¡Candy! ¿Dónde estás?- preguntó Terry.
Pero ella no respondía.
Candy se sentía segura un momento en aquella rama pero miró hacia abajo. Tenía ya mucho tiempo de no trepar a los árboles. De pronto, la rama se sacudió ligeramente y la rubia de ojos claros estaba a punto de caer.
- ¡Terry!
Terry miró hacia arriba y se cruzó de brazos.
- Vaya…sigues siendo la misma Tarzán Pecosa…¿cuándo aprenderá, señorita?
- Terry…por favor…ayúdame a bajar…
Terry seguía haciéndose del rogar.
- Lo siento mucho pero no sé qué pueda hacer…¿acaso no puedes bajar tú sola?- preguntó socarrón.
- Terry, no te hagas el gracioso y ayúdame a bajar.
- Suplícame que te ayude…anda…sólo tienes que decir: Terry…te suplico que me bajes.
- ¡Terry! ¡La rama se rompe!
Terry le dio ligeramente la espalda y seguía bromeando.
- ¿Qué me darás si te bajo de ahí?
- ¡No seas grosero, Terry!
- Di que me darás lo que yo quiera si te bajo.
- ¡Terry!- escuchó el grito en seco.
De pronto, ya no la escuchó. Cuando se volvió, Candy había caído, lastimándose ligeramente la rodilla.
- ¡Candy! ¿Estás bien?- preguntó preocupado.
- Cállate- dijo Candy quejándose ligeramente. - ¿Todavía denotas preocupación, después de que no quisiste ayudarme?
Terry reía a carcajadas.
- Yo no te dije que te treparas a ese árbol, Candy. Si estás fuera de práctica, no debiste intentarlo.
- Quizás tienes razón…ayúdame a levantarme solamente.
Terry notó que podía ponerse en pie. La tomó por la cintura y se dio cuenta que Candy sentía dolor en una pierna.
- ¿Puedes caminar? Sería mejor que volviéramos, si quieres…
- No, Terry…me siento bien…gracias…fue sólo la emoción de volver a trepar.
Un instante más sus miradas se cruzaron. No hubo necesidad de palabras…

Recorrieron el camino hacia el bosque del San Pablo. Ahí Terry la cargó y la llevó en brazos hasta el césped cercano a un lago.
- Terry…este lugar es…
- Sí, Candy…donde aquella ocasión te llevé a caballo y te hice olvidar el pasado…

“Terry…¡cómo quisiera que, de nuevo, me llevaras a caballo y me ayudaras a olvidar todo el pasado que me pesa y que me impide recuperar tu amor…”

- Este lugar es hermoso, Terry…independientemente de todo, el sitio es muy lindo. Y lo sigue estando después de tanto tiempo.

“Igual que tú”…-susurró Terry en su mente.
 
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view post Posted on 8/9/2013, 16:48
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Ese par y sus peleas pero en el fondo se quieren mucho :wub: muy buena Uni disculpa la tardanza pero ya me puse al día amiga ;)
 
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