SUEÑOS DORADOS Y ESMERALDAS CAP. 2, Recriminaciones y descubrimientos

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la_unica_sra_d_sparrow
icon13  view post Posted on 31/10/2012, 03:54






Cap. 2 Recriminaciones y descubrimientos

La señora Winchester obstruyó los pensamientos del joven con su conversación.

- El duque tiene como hobbie dedicarse a la actuación, aunque bien sabe que es algo de lo que ninguno de la aristocracia puede sentirse orgulloso, pero es tan agradable y fino que este tipo de…errores, si se les puede llamar así, pueden pasarse por alto…
- Es verdad- intervino el hijo del duque- tengo como extraño pasatiempo dedicarme al teatro…una antigua afición que le ha traído serios dolores de cabeza a mi familia, pero que me ha concedido conocer muchos lugares y también conocer a mujeres muy hermosas…
Aquellas palabras causaron un poco de dolor en la muchacha quien se armó de valor y respondió con firmeza.
- Disculpe que no pueda opinar respecto a sus obras…últimamente no he ido al teatro y su nombre no me es familiar pero…supongo que ha sido usted un hombre afortunado. En cambio yo, no puedo presumir de esa forma de vida.
- ¿Ah, no? Supongo que al ser usted una mujer tan hermosa debe estar rodeada de hombres dispuestos a adularla y tratarla como una reina.
- Quizás, pero lo que sí puedo decir es que la felicidad ha sido mi prioridad cada día de mi vida. He hecho todo lo posible por conseguirla a costa de todo…por encima de todo.
Él se quedó serio, tratando de asimilar aquellas palabras de la joven enfermera Andrew.
Ella permanecía fija al piso, mientras él tornaba su dulce mirada en un callado reproche. La señora Winchester fue llamada entonces por alguien más.
- Discúlpenme…tengo que ir a saludar a alguien más. Candice, te dejo en buenas manos. Cuida de ella un momento, Terruce.
- No se preocupe, dudo mucho que la señorita Andrew sea capaz de aburrirse conmigo- aseveró con una sonrisa seductora.
La señora Winchester marchó de ahí, mientras Terruce miraba a Candice con ansias de una oculta recriminación.
- ¿Quiere una copa, señorita Andrew?- preguntó él, invitando.- Hace algo de calor, y supongo que querrá mojarse un poco los labios.
Ella estaba turbada y los pies seguían aún pegados al suelo.
- Por supuesto- dijo sintiendo que el pecho se le desbordaba en cada suspiro.
Terruce la tomó de la mano, mientras pensaba.

“ Eres un verdadero sueño…apenas puedo dejar de reparar en tus labios de rosa…en esos ojos verdes que me siguen dominando…con ese talle delicioso que remarca tu cintura y me hace temblar tan sólo al reparar en tus formas…ese olor tuyo que se destila al contacto con el aire…la suavidad de tus manos…tan sólo percibir la seda de su dorso y la delicadeza de tus palmas me enardece el corazón…esa nariz respingada se ve excitante y ardorosa…quisiera poder inclinar mi rostro de nuevo, como entonces, cerca de ella…rozar tu piel con mi nariz y reposar mis labios de nueva cuenta sobre los tuyos…pero esta vez, profundamente, sin resquicios…hundiendo mi lengua entre ellos y acariciar con ella la tuya, danzando juntas en un intenso sueño…”

Candice evitó mirarlo.
“Apenas puedo creer que seas tú a quien tengo junto a mí ahora. Pero no puedo mirarte…porque si te miro de nuevo, el torrente de las lágrimas brotará de mis ojos y no podré contenerme. No puedo dejar que las emociones me desborden. Tengo que controlar esta pasión que sigues despertando en mi ser…¡ha pasado tanto tiempo y no puedo evitar desear que te acerques a mí para percibir el aroma de tu piel! Ese aroma a maderas que destilas enamora mi alma y me da consuelo…estás muy alto…y tu cuerpo es una ensoñación. Tu rostro se ve un tanto remarcado por el tiempo pero sigues siendo el mismo atractivo hombre que me enamoró hace tanto tiempo. Sin embargo, no quisiera verte a los ojos para no morirme de amor…”
Tras ir por la copa, entre tanta gente, un antiguo vals se escuchaba para animar aquella velada.
- Señorita Andrew…¿quiere bailar esta pieza conmigo?
Ella asintió con evidente emoción. Por fin, una de sus manos se posaron sobre la cintura de Candice y la otra la guiaba durante el baile. Se movieron ágiles como plumas y encontraron el momento perfecto para disfrutar aquella pieza que les permitía estar unidos y permanecer así olvidando al resto.
Pero los pensamientos de él se agitaban terriblemente. La tristeza y una especie de decepción se reflejaban en sus ojos azules aunque trataba de esconderla en lo más profundo de su ser.
Sin embargo, los movimientos se hicieron cadenciosos y se combinaron con los del resto de los presentes en la fiesta.
Cuando la pieza terminó, Terruce agradeció pero él le pidió.
- ¿Puede venir conmigo? Considero que aquí el ambiente está muy álgido…
Ella asintió pero podía prever que algo iba a suceder ahora.
Al llegar justo a un pequeño saloncito donde se podía respirar ligeramente el aire fresco, con un balcón blanco y el par de puertas abierto dejando que el viento fustigara levemente las cortinas de seda, el castaño cambió de actitud hacia la joven:
- Vaya, vaya…en todo el tiempo que llevo como actor de teatro, jamás había visto una actuación más monumental que ésta…señorita Candice White Andrew…dime, ¿te divierte mucho comportarte así? Fue increíble la forma en que fingiste no conocerme…
La actitud de Terruce la hizo cambiar drásticamente.
- Tú también fingiste no conocerme, Terruce Graham Grandchester…aunque, viéndolo bien, yo no he fingido…realmente no te conozco…
- ¿Ah, no?- preguntó él con molestia.-¿Puedes decirme en qué te basas?
Su pensamiento habló internamente en una fracción de segundo:
“ ¿Por qué, Candy? ¿Por qué dices que no me conoces? Soy el mismo…el mismo que de adolescente se enamoró perdidamente de ti…que al tocar tus labios por vez primera sintió una corriente eléctrica de pies a cabeza pasando por el corazón…el mismo que luchó contra sí mismo cuando tuvo que renunciar a tu amor y que se maldijo mil veces por haberlo hecho…¿no me sientes acaso? ¿No puedes sentir los latidos de mi corazón?
- Me baso- continuó ella- en que ahora estoy frente a un hombre dependiente de los prejuicios sociales, que frecuenta las reuniones de sociedad y finge ser un hombre que no es…aunque, claro…como eres actor…
- En ese caso…creo que yo tampoco te conozco…estoy frente a una mujer que gusta sentirse dama de sociedad, que ha venido a divertirse con las mujeres más refinadas y a la vez más hipócritas de la sociedad londinense y aristocrática de Norteamérica y que seguramente se siente muy halagada por las miradas incitantes de los hombres presentes aquí…
Candice tembló. Aquellas palabras la estaban lastimando sobremanera.
- ¿Puedo saber cómo es que me conoces tan bien?
- Supe por ahí que has tenido mucha suerte porque…te involucraste con tu tutor…siempre pensé que eras capaz de agradar a la gente con tu carisma pero…esto es demasiado. Sin embargo, tal vez no te conocía entonces tan bien como ahora…señorita Andrew…
La joven enfermera hubiera querido decirle la verdad…pero sus labios permanecieron ligeramente sellados a la verdad.
- Quizás entonces no estás tan mal informado, por lo que veo. ¿No sabes algo más acerca de mí? Porque lo que a mí respecta, creo que sé más de lo que hubiera imaginado…sé que has tenido un par de fracasos teatrales…que te perdiste durante meses en el alcohol…que has tenido varios affaires con bellas actrices y que decidiste recuperar tu lugar en la familia Grandchester porque te convenía mejor tu posición económica, ¿no es así?
“Candy…sabes demasiado sobre mí…pero…el hecho de saber todo eso, sólo me revela que has estado pendiente de mi persona…quisiera pedirte perdón pero…creo que la culpa de todo esto la has tenido tú por ser como eres…sin embargo, ahora no vale ya la pena. Tú has decidido ser la flor favorita de los Andrew, empezando por tu tutor. Creo que los dos nos hemos equivocado enormemente.”
- Por lo que veo, creo que sabes mucho sobre mí…¿alguna clase de admiración?
- No…yo le llamaría…decepción.
- No tan grande como la mía…porque yo conocí a una chica alegre y rebelde que arrostraba los peligros con tal de defender lo que consideraba justo…que luego se convirtió en enfermera y se había comprometido con la causa, que había sido capaz de afrontar cualquier prejuicio con tal de llegar a ser siempre la mujer valiente que venciera las dificultades con tal de ayudar a quien lo necesitara…¿y qué encontré? Una mujer que decidió aprovechar el apellido que se le regaló para dejarse ver como una muñeca de porcelana…porque no me negarás que has estado de menos en las últimas diez reuniones convocadas por la aristocracia de América y Escocia, ¿no?
Ella guardó silencio. Se había prometido a sí misma no decir una sola palabra en su favor…no a él. Que sacara su resentimiento…
- ¿Lo ves? Tu silencio me lo dice todo…creo que has tenido éxito…más de la mitad de los caballeros de Londres presentes aquí está esperando el momento de sacar sus afiladas garras para conquistar a la Candy Dolly…lástima que yo no tenga ganas de hacerlo; lamento decirte que no podrás añadirme a tu lista de pretendientes…
- No, claro que no…-dijo ella- ya vi que vienes muy bien acompañado de una hermosa dama llamada Victoria…sí, una golfa vestida de dama que se fue a bailar con otro en cuanto cruzó el salón principal. ¡Qué mala suerte tienes, Terruce! Creo que no tienes suficiente…¿cómo le llaman los franceses? Ah, sí…charme…eso es, no tienes suficiente carisma como para que todas las damas permanezcan a tus pies…y en mi caso creo que es evidente, ¿no lo crees?
“Terruce…Terruce…¿por qué no me nombras como antes, Candy? ¿Por qué no me llamas Terry, como cuando estábamos en el colegio San Pablo? Amaba escuchar mi nombre entre tus labios…aunque…quizás es complicado porque…yo no puedo llamarte como quisiera…dulce Candy…”
- Sólo tengo una duda- añadió Terruce- ¿qué es lo que encontraste en tu tutor? Digo, además del dinero, porque es obvio que te involucraste con él principalmente por eso…
Eso fue demasiado para Candice.
- No puedo seguirte escuchando…será mejor que me vaya…
Terruce la detuvo un instante.
- Te vas por cobardía…porque no quieres seguirme escuchando…no quieres oír la verdad precisamente de mis labios.
- No- dijo ella tratando de contener el llanto de nueva cuenta- no puedo oír eso en tus labios…es demasiado terrible…así como yo no puedo decirte ahora lo que estoy pensando acerca de ti…-soltó inmediatamente marchando de ahí.
Terruce se quedó en silencio tan sólo mirándola perderse entre la gente que estaba presente en la reunión.
 
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view post Posted on 4/1/2013, 01:36
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Me encanto como dicen una cosa y piensan otra esos dos estan enamoradisimos me encanto el Capi ;)
 
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